Esta tarde se estrena en toda España 'Shame', del británico Steve McQueen (no confundir con el fallecido actor). Película polémica que ha ido recogiendo premios por los diferentes festivales, pero que ha encontrado cerrada la puerta a los Óscar. Pocas películas han creado opiniones tan radicalmente opuestas en la redacción de 24reflejos. Os dejamos las claves de nuestra más ferviente admiración y nuestro más extremo rechazo.
La vibrante narración de la autodestrucción
Michael Fassbender. Su mirada. El control absoluto de un cuerpo puesto a la disposición de un guión, de un sentimiento, de una actitud…La combinación perfecta entre voz, gestualidad y cuerpo. Una interpretación vibrante.
McQueen regresa tras ‘Hunger’ para demostrar que es un maestro de la realización. Utilización perfecta de los silencios, encuadres arriesgados, coordinación perfecta entre sonido, imagen y movimiento. Por primera vez la música y los silencios impresionan y no dan sensación de aburrimiento.
Capacidad para crear situaciones íntimas, ingeniosas e incómodas a través de conversaciones universales y presentadas de la manera más cotidiana. Da al espectador la ventaja de liberarle de los límites de la palabra para dejarse llevar por la intuición. Destacar la conversación que tienen él y ella en el restaurante: sutil y divertida. Guión brillante.
Se dice que el tema es la adicción sexual. Sin embargo, profundiza mucho más. McQueen muestra a un hombre que se da asco, frágil y obsesionado. Oculta su ‘yo’ más personal para no someterse al juicio de los demás, se basta con él para criticarse y odiarse. La desesperación y la angustia le llevan a la autodestrucción. El sexo, tabú por excelencia en todo el mundo, se desnuda esta vez en la gran pantalla. Tanto que el debate sobre la interpretación de la historia puede generar diferentes teorías y finales.
La tensión y la claustrofobia aumentan minuto a minuto a través de una banda sonora espeluznante. Desde la inquietante interpretación de ‘New York, New York’ de Carey Mulligan hasta la 'suite' utilizada a lo largo de toda la película consiguen poner a flor de piel cada uno de los sentidos del espectador que vislumbra que todo está a punto de resquebrajarse pasando antes por el éxtasis más brutal. 10
¿Cuánto dura? pero... ¡sólo han pasado 23 minutos y cuatro planos!
El guión de 'Shame' se retuerce sobre sí mismo hasta el infinito, y deja correr el metraje de una forma exasperantemente contemplativa. Con tempo largo (muy lento), se dedica a dar vueltas y giros sobre el personaje y cuando (por fin) termina la película, no puedes evitar preguntarte, “¿De verdad se han atrevido a contarme durante toda la película la misma idea que se obtiene tras los 5 primeros minutos?” Al más puro estilo Sofía Coppola en ‘Somewhere’, no podemos dar más que un consejo para ‘Shame’: quédate con el tráiler.
Pretenciosidad. Con un guión que vende humo, ‘Shame’ se construye a través de planos largos, espectaculares, que se recrean en la soledad del individuo, las calles de Nueva York, las escenas de sexo… Su director, Steve McQueen, tiene bien aprendida la pretensión de cine autoral con la que firma cada uno de sus fotogramas. El clímax de ‘Shame’, con su ritmo ralentizado y música clásica, no es sino una ocurrencia del director para masturbar a su ego lleno de magnificiencia y genialidad. Cuánto daño ha hecho el complejo megalomaníaco de la Nouvelle Vague.
Completa falta de empatía del espectador al que sólo podrá atrapar unos minutos al inicio de la película por 'el primerísimo primer plano' de los encantos de Fassbender, pero que rápidamente, perderá al comenzar a sentir un desinterés por la historia de marcianos que le están contando. Un tema que podría llegar a ser absolutamente desvelador, se convierte en un circo en 'Shame' ya que no acabas exactamente de entender cuál es el trauma. Y sin embargo somos capaces de resumirte toda la película en una frase: la intención oculta pero evidente del autor de escandalizar realizando un paralelismo entre violencia y el sexo en el que el placer y el sufrimiento se confunden.
La premisa: escandalizar. Es lo que busca, su objetivo y su razón de ser y, para ello, usa recursos estilísticos y formales tan pretenciosos y conocidos que te pierden. Además, lo sentimos pero el sexo con prostitutas y entre hombres, ya no escandaliza a nadie.
Nada que recordar. Aparte de la escena de Carey Mulligan cantando New York, new york y el cabreo que provocó su visionado. Y es que, de haber sido un actor menos guapo y joven (un Danny de Vito), la película se habría quedado en un enfermo sexual acosando a mujeres pero, claro, como el actor es Fassbender que está como un tren, entonces se convierte en una película profunda sobre tormentos y obsesiones.
Tengo ganas de partiros la boca Elisa y Elena jajajajajajajaja.
ResponderEliminarNo entiendo por qué esto se tiene que convertir en un tema personal... Hay que tomárselo con filosofía, ¿eh, pelirroja bajita?
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Yo he de reconocer que me quedé atrapada desde la escena 1 (la foto de arriba)...es como una bomba de relojería y no sabes cuando va a estallar, estas con la tensión de qué va a pasar a continuación todo el rato...Para mi uno de los aciertos, es que no se textualicen según qué cosas, dejando la sombra de algo horrible sobre toda la película... Y vosotras decís que si fuese Dany De Vito nos parecería un enfermo sexual (de hecho, el personaje de Fassbender es un enfermo sexual, de eso va la película) pero, si fuese alcohol?nos parecería la historia de alguien que toca fondo. Lo grande es que pocas personas han hablado de la parte sórdida, vacía e insatisfactoria pero adictiva del sexo. No es que sea un desgraciado que lo único que quiere es echar un polvo, y que te da entre asco y risa. Es una persona de éxito que no tiene una relación sana con el sexo, como se puede tener con cualquier droga. Sí ,podrías explicar la historia con un "yonki", pero entiendes más el problema, que ataña a toda la sociedad, cuando pones a alguien que parece que lo tiene todo y aún así tb cae. Y luego, por último, Carey Mulligan por fin la veo en un papel con algo de chicha, porq en Drive y en An education, sale para mi, un poquito desapercibida...
ResponderEliminarLa película que dividió a una redacción y a una amistad... Esto sólo se arregla en la calle XD
ResponderEliminarya en serio, no vuelvo a ver nada de este director aunque me paguen. ¡Deja de perserguirme en San Sebastián, pesao! (Hunger fue premio del jurado joven en nuestra primera visita, y le voté un 4)
Alucino. Quien escribiera la parte negativa de la película es para hacerselo mirar. No han entendido absolutamente nada de la película, una lastima.
ResponderEliminarEso significa que la has visto???ueeeeee somos legión! XD Igual tiene razón May "y esto te hace ver qué tipo de enfermedad mental tienes"(May, ya hasta te cito)...jajaja y triunfa porq somos una sociedad enferma!Si es así me alegro de tener a dos "sanas" entre nosotras!jsjsjs A pesar de ello Viva Shame!!!
ResponderEliminarPues es que yo no se si debo de estar un grado más enfermo que el resto, pero no me he visto nada del otro mundo que me intentara escandalizar, ni tan si quiera tan centrada en el sexo como pensaba. En ese sentido me recordo en ciertas cosas a otra que si que me abrumó bastante más como es Requiem for a dream. Por lo demás me ha parecido una obra maestra increible, pero esa parte la comentamos en persona Laura
ResponderEliminarCreo que la frase "ver que tipo de enfermedad mental tienes" hace referencia a la teoría de que Brando y Sissy han tenido relaciones sexuales en su infancia y de ahí la relación tan tensa que se respira entre ellos. Estoy contigo Sergio en que no hay un abuso de escenas sexuales.
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