60º Festival de San Sebastián: Blancanieves

LLevamos un día y medio en el Festival de San Sebastian, y entre encontronazos con Benicio del Toro, encuentros fortuitos con Daniel Brül, de cañeo con Unax Ugalde y esperas para entrar a sesiones con Pucho, cantante de Vetusta Morla, nos ha dado tiempo a ver mucho cine. Cargando las retinas con el máximo de películas posibles, viendo films que nos han caído más o menos en gracia.  La primera que vimos fue 'Blancanieves', una de las favoritas del festival. Una historia muda y en blanco y negro, que tanto caché dan ahora.

Cuando se proyectó The Artist el año pasado en estas mismas salas, Pablo Berger se tuvo que tirar de los pelos. Había tenido la misma idea que Michel Hazanavicius, retomar la esencia del cine. Y qué decir cuando se estrenaron dos superproducciones que hablaban de este cuento. Sin embargo, el director consigue sorprender y ofrecer cosas nuevas. 'Blancanieves', nos ofrece otra vuelta de tuerca a la historia y consigue ofrecer buen cine. La historia se transforma en manos de Berger, conviertiendo a Blancanieves en una torera que se sitúa como protagonista de su destino. Un gran acierto ha sido la ausencia de un  príncipe que la salve y haciendo que ella le haga ojitos a otro de los personajes del cuento primigenio. 

La película tiene un gran comienzo recordando en los primeros minutos la influencia que ha tenido Buñuel en el director, con algunos planos y ciertos objetos simbólicos que nos advierten de la tragedia, y con un montaje trepidante que bebe directamente del expresionismo alemán. El resultado se remata con unas actuaciones excelentes. Inma Cuesta, Macarena García y Maribel Verdú se comen la pantalla y brillan en todo su explendor. Así mismo, Sofía Oria, Blancanieves de niña, y Ángela Molina han aportado su granito de arena para que todo el reparto encajase a la perfección. A modo de anécdota, una duda nos quedó al terminar de ver la película, y buscamos una explicación que seguro tendrá, ¿dónde está el séptimo enanito de la historia? Seis son los enanos toreros que acompañan a Blancanieves, haciendo alusión a un séptimo que nunca aparece.

Para terminar, que nadie se equivoque, a la hora de ir a la sala a verla, no van a acudir a ver un cuento dulcificado para niños, van a contemplar toda una tragedia, alejada de las historias de hadas.Que no os confunda su forma bella, su contenido es duro y trágico. 7/10