…O 4
Edición de 24 Reflejos por Segundo en Málaga.
Debido a
la fugacidad de nuestro paso por el Festival de Málaga (y a las dificultades
que pusieron este año desde la organización a la prensa…), podemos reunir aquí
una mini-crónica, muy personal, del certamen. Y no nos queda más remedio que
comentar brevemente el ambiente general del festival. Así que empecemos…
Lo
primero de todo, no puede faltar la crítica a la organización de este año, que
ha incluido una burocracia de espanto para que la prensa pudiese organizar su
programación. Un festival que siempre ha tratado de maravilla a los periodistas
(¿quién no recuerda esa magnífica mochila de Nike?) y que este año ha dejado a
las puertas de entrada de películas a varios medios.
Lo segundo, el sol. El sol que siempre
acompaña al Festival de Málaga y que este año no ha sido menos. Mucha gente en
las calles con sus gafas de sol y su ropa veraniega, filas de gente esperando
diferentes conciertos, fans que se agolpan en las puertas del cine y del hotel.
El clima ha ayudado a crear una atmósfera muy positiva que nos hace, sin dificultad
ninguna, sumergirnos en la muchedumbre que ha acudido al festival con ganas de
ver cine español.
Tercero, la programación. Con un nivel
semejante a otros años (películas bien hechas pero sin ser del todo rompedoras
o alucinantes), vemos lo que podemos (A
Escondidas, Amor en su punto y Los Fenómenos, quedándonos con muchas ganas de ver las
grandes del festival: 10.000Km y Todos están Muertos.
Más tarde, nos dirigimos hacia el
Teatro Cervantes, sede del festival. Ahí estrenan A Escondidas, de Mikel Rueda, su segundo largometraje después de Izarren Argia, que narra la
historia de dos jóvenes de 15 años, un español y un inmigrante marroquí, que se
encuentran por casualidad, empiezan a conocerse y se dan cuenta de que lo que
sienten el uno para el otro va más allá de la amistad.
La
historia es conmovedora y el actor Germán Alcarazu es muy prometedor, pero los
acontecimientos son bastante previsibles y el ritmo de la película algo lento.
En la conferencia de prensa, Teresa Pelegri comentó que la idea principal
de la película era hablar de la comida como seña de identidad de las personas y
como causante de conflictos que en el fondo esconden problemas más ocultos.
Después de tanto amor, vimos una
película más dura, Los Fenómenos, de
Alfonso Zarauza, sobre la historia de una mujer (Lola Dueñas) que vive en una
furgoneta con su hijo pequeño y que no tiene más remedio que ganarse la vida
trabajando de peón. En un mundo doblemente de hombres, la protagonista intentará
sobrevivir y acabará por conquistar a los habitantes de un pueblo de Galicia
afectado por la crisis del ladrillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario