60º Festival de San Sebastián: Dans la maison

Sin ser unos gurús cinematográficos, ni llevar 40 años en la profesión, creo que podemos decir sin miedo a equivocarnos que 'Dans la maison' es la joya de la corona de esta edición del Festival de San Sebastián. 
(Quiero que conste en acta que este párrafo estaba escrito antes de saber el Palmarés y que había ganado la Concha de Oro a mejor película, ¡para que os empecéis a fiar de nuestro criterio!)


La película de Françoise Ozon está inspirada en la obra teatral "El chico de la última fila" del madrileño Juan Mayorga y cuenta la historia de un profesor de literatura frustrado que, a modo de ejercicio de clase, pide a los alumnos que le describan su fin de semana. Todo lo que le entregan resulta ser muy mediocre excepto la redacción de uno de los alumnos: durante su fin de semana ha intentado introducirse en la vida de otro compañero de clase. A partir de ahí, el profesor se involucrará en la historia y pondrá todas sus expectativas en ese chico de la última fila, que le irá contando su día a día por entregas.

Françoise Ozon recogiendo la Concha de Oro

 'Dans la maison' juega de forma muy original con la narrativa, contando historias dentro de historias hasta que la frontera entre ellas se diluye y confunde al espectador que no sabe en qué nivel de la historia se encuentra. Esta herramienta tan común en la literatura, no es tan usada (o por lo menos, bien usada) en el cine y, sin embargo, en 'Dans la maison' produce un efecto que engancha desde el primer minuto, motivo por el cual también ha sido galardonada con la distinción a "Mejor guión".
Por otro lado, la actuación de los actores tiene esa simpática pasividad del cine francés en el que parece que todo da igual. Sin embargo, tanto los jóvenes estudiantes como los adultos bordarán sus "típicos" personajes de clase media que tratan de retratar la sociedad radiografiada en la película: la educación, la familia, el arte... 
Fabrice Luchini y Kristin Scott Thomas interpretan una pareja madura que, debido a la curiosidad, pondrán en peligro los pilares de su anodina y cómoda vida en común. Por su parte, Ernst Umhauer encarnará a la perfección el voyeur que todos llevamos dentro con una inquietante frialdad.

Ernst Umhauer en una escena de la película

Pocas veces coincide la opinión del jurado de festivales, la opinión de la crítica especializada y la opinión de los espectadores, sin embargo, esta vez hay que celebrar la unión de las tres en esta agradecida, pensada y original película. Ahora sólo queda esperar a que la taquilla agradezca de forma material, los buenos propósitos de la "burbuja" del Festival. 8/10