Mamut vuelve a hacernos recapacitar sobre las ironías del mundo moderno, de la humanidad enloquecida y del babel globalizado del siglo XXI.
La película de Lukas Moodysson cuenta la historia de una pareja de nuevos ricos (Gael García Bernal y Michelle Williams) que, pese a su acomodada y exitosa vida se ven atravesados por la espinita de la inconformidad diaria al darse cuenta de la locura que recorre el mundo.
Leo, un joven que por casualidad alcanza el éxito en la industria de los videojuegos, ha de viajar a Tailandia para llevar a cabo unos negocios. Su mujer Ellen es médico y, debido a su ajetreada agenda, tiene poco tiempo para cuidar de su hija, por lo que la niñera Gloria se convertirá en la preceptora de la niña. A su vez, Gloria, emigrada desde Filipinas, ha tenido que dejar a sus hijos en su país para poder ganar dinero.
A través de personajes e historias que se cruzan, se nos muestran tres lugares, Nueva York, Filipinas y Tailandia, que, aunque con diferencias evidentes, se parecen más de lo que a primera vista parece. Todos ellos están habitados por seres humanos que no logran entender por qué las cosas no funcionan bien.
Lukas Moodysson cambia totalmente su manera de realizar, adentrándose en el cine americano más tradicional, pero a la vez más riguroso. La única escena que recuerda al cineasta es en la que las prostitutas tailandesas, prejuiciosas también, comparan a los clientes de diferentes partes del mundo. Lo mismo ocurre con la música, característica esencial del director sueco, que siempre utiliza unas canciones modernas que funcionan a la perfección con el momento.
El resto de la película está construida a través de pequeños detalles paradójicos: la niñera filipina que envía desde Nueva York una pelota hecha en su país a sus hijos, el aparato de oxígeno para poder respirar en Tailandia, la mujer que hace footing en su propia terraza con la cinta de correr…
Un tema importante del film es la maternidad. La incompatibilidad entre la madre tradicional y la mujer moderna, entre la madre que lucha por ofrecer a sus hijos un futuro mejor y la madre que permanece cerca de éstos. Este problema se presenta irónicamente a través de Gloria, la niñera que no puede cuidar de sus propios hijos para ganar dinero cuidando a otra niña, la cual no recibe la suficiente atención de una madre que está trabajando duramente para ofrecerle lo mejor a su familia.
La película utiliza la estructura narrativa de películas como Babel de González Iñárritu o Al otro lado de Fatih Akin, pero que sigue funcionando bastante bien.
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