Ya he podido disfrutar del primer episodio de Boardwalk Empire, el faraónico proyecto de la HBO que trata de recuperar el trono televisivo que en los últimos años ha perdido. Para ello ha contado con nada más y nada menos que Martin Scorsesse, haciendo lo que mejor sabe hacer, cine de gángsters en los años veinte.
Que la HBO era la referencia de la calidad en la pequeña pantalla desde el dominio de los Soprano era una realidad, pero en los últimos años, justamente los años en que el mundo televisivo más interesante se ha puesto, ha perdido esa corona que antaño poseía, debido a la caída de la calidad de los nuevos proyectos de la cadena, y en parte al relevo que ha recogido con mucho acierto la AMC (Mad Men, Breaking Bad, Rubicon). Como contraataque hace unos meses la HBO sorprendía anunciando su apuesta por varios proyectos cuyos nombres más destacables eran Boardwalk Empire (por fin dejaban a Scorsesse cumplir su capricho de plasmar en una serie de larga duración los primeros años de la ley seca) y A Games of Thrones, la plasmación del primer volumen de la saga Canción de Hielo y Fuego, el cual espero con gran expectativa y respeto ante tan gran obra narrativa, aunque de esto mejor hablar en su momento.
Nos situamos en el Atlantic City de 1920 en plena incursión de la ley seca. Esta vez nos ponemos en la piel de un político de doble cara interpretado por Steve Buscemi, y como se mueve y relaciona con la mafia italiana de Chicago y Nueva York, en la que empiezan a querer despuntar dos jóvenes llamados Lucky Luciano y Al Capone. Es una historia explotada infinidad de veces, pero es que pedirle a Scorsesse que deje de hacer este tipo de proyectos es absurdo, es lo que mejor sabe hacer y lo hace como nadie.
Boardwalk Empire es cine y del bueno, se nota la gran inversión económica que ha realizado la cadena, y es que la calidad del primer capítulo no pasa desapercibida, no tiene nada que envidiar a cualquier superproducción de cine. Sin embargo esto no ha hecho nada más que empezar y el piloto nos deja con buenas sensaciones pero con la idea de que es una toma de contacto y todo está por contar, aunque la cosa va por buen camino, con pinceladas de por donde puede ir la serie, y escenas marca de la casa de gran calibre.
El éxito de audiencias en su país de origen ratifica la buena acogida en su primer capítulo, y la cadena ha aprovechado este dato para confirmar una segunda temporada. Yo me quedo con las ganas de ver ese segundo capítulo y corroborar las buenas sensaciones, hasta la llegada de los huargos en 2011.
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