jueves, 21 de octubre de 2010

Una mirada vasca a la dictadura franquista

Si salimos a la calle y hacemos una encuesta sobre cuál es tema más tratado por el cine español, es muy probable que la respuesta sea “La Guerra Civil”. No parece difícil entender qué resulta tan atractivo a directores y guionistas de este periodo. Lo que sí se antoja un poco más complicado es saber si aún quedan historias originales y facetas no explotadas dentro de esta etapa tan habitual en nuestra filmografía.

Estrellas que alcanzar es otro intento más de llevar el martirio de los republicanos a la gran pantalla. La principal novedad, en este caso, es que se trata de una exploración desde el prisma vasco. Izarren Argia (nombre original de la película) está rodada en euskera, cuenta con un equipo entero de actores de la región y narra una historia vasca. Una de esas historias locales, extrapolables al resto del territorio.

Bárbara Goenaga interpreta a Victoria, viuda de un republicano que es encarcelada en un monasterio con su hijo, junto a muchas otras mujeres que también han sido privadas de su libertad, con la única compañía de sus niños. Unos niños que son su esperanza, su ilusión y su fuente de ánimo, lo que las mantiene fuertes. Muy conscientes de esto, desde el régimen la consigna es clara: hay que separar a las madres de los niños. Y es en este momento cuando Victoria se convierte en una madre coraje, con una Bárbara Goenaga enorme en este papel tan dramático.


Si algo hay que reconocerle a la película, de la que no se puede destacar ni su originalidad ni su apuesta por el dramatismo más efectista, son sus interpretaciones. El elenco, formado mayoritariamente por mujeres, destaca por su coralidad y el equilibrio de fuerza dramática que se encuentra entre las protagonistas. Muy del estilo de Trece Rosas, como todo el resto. Por lo demás, nada que no se haya visto antes. Emociona, porque el drama de una madre toca la fibra sensible de cualquiera, pero no sorprende ni mantiene unos pulsos de intensidad que te hagan agarrarte a la silla. Pero tampoco aburre, y eso en la sección Nuevos Directores de San Sebastián a veces es de agradecer.

Coloquio con el equipo

Mikel Rueda firma su primer largometraje por encargo, como el mismo explicó en el Festival de Cine de San Sebastián. El director, que supo meterse a los jóvenes en el bolsillo con un par de guiños a sus experiencias como Jurado Joven, llegó acompañado de la fuente de inspiración de la historia, una de esas madres que hoy tratan de reconciliarse con la vida y consigo mismas. Ni que decir tiene que su discurso, cargado de tintes ideológicos y con muchísima emoción contenida, puso en pie a un anfiteatro lleno de jóvenes. Aplausos antes y aplausos después que la película recogió, no tanto para su director y sus magníficas actrices, si no especialmente para esa anciana que, con dificultad para subir las escaleras y mantener firme el micrófono, hacía un llamamiento hacia la memoria y el futuro.

Si algo captó la atención de aquella sesión fue el coloquio posterior, que será más recordado por los asistentes que la propia película. Por los discursos de su productor, por la emoción de las actrices, por la sonrisa tímida de un director abrumado por los aplausos y, sobretodo, por alguna de sus preguntas. Fue precisamente una de estas la que creo el momento más tenso, cuando una mujer reclamó que se recordaran también las torturas que se cometían hoy en día con los presos políticos vascos. Intervención que el equipo se esforzó en ignorar, pero que entre el público recibió bastantes aplausos.

Quizá la respuesta más interesante fue la que dio Mikel Rueda al grupo de jóvenes que se acercó a seguir charlando con él una vez terminado el coloquio. Preguntado por muchos el motivo por el cual los franquistas hablaban en vasco en la película, el director fue claro. “Esto no debería decirlo, pero es por un motivo de producción”. Las ayudas que los órganos administrativos vascos dan a las producciones vienen, en muchos casos, justificados por una defensa y fomento del euskera y su uso es indispensable. “Bueno, Tom Cruise habla en inglés en Valikiria, y no en alemán”, explicaba. A nuestras salas, sin embargo, llegará doblada al castellano.

2 comentarios:

  1. Bea, me da la sensación de que cada día escribes mejor! La veré en algún momento. Por cierto, me he enterado que van a presentar una peli en la uni! vais a ir?!!El trailer tiene pinta de lacrimógena! ajjaja

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  2. Joder... Me sonrojas, Deby.

    Fue ayer, estuvo interesante, la verdad... Mucho más que la clase a la que teníamos que haber ido... xD

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