A estas alturas de temporada televisiva necesito hacer balance del estado de salud de la parrilla. En un año que a priori se presentaba interesante, con bastantes novedades y renovaciones de series en buen estado, he de decir que ha habido más decepciones que otra cosa. Posiblemente la sorpresa más grata ha sido la segunda temporada de Misfits.
Misfits se presentó el año pasado sin hacer mucho ruido, a priori una serie de ambientación adolescentes con toques de Skin, mezclada con una trama de superhéroes a lo Héroes no tenía pinta de que fuera a ser el pelotazo del año. Sin embargo al primer vistazo todos los prejuicios se derrumban. Con una ambientación en el extrarradio de Londres, Misfits se centra en cinco chicos que deben cumplir una condena en un programa de servicio a la comunidad, y en esas se presentan a su primer día de trabajo cuando un rayo de una extraña tormenta impacta sobre ellos. En vez de acabar como pollos chamuscados con monos naranjas salen totalmente ilesos del suceso y además, cada uno de ellos con un extraño poder reflejo de sus variopintas personalidades.
Misfits goza de un ambiente estético muy cuidado, con un toque underground y una banda sonora perfecta y muy cuidada, hacen que la serie británica se asemeje más a un videoclip Indie que a sus homólogas americanas, además de gozar de un tratamiento y un estilo muy conseguido con grandes desenfoques por zonas, virados y desaturaciones que imponen un ambiente post apocalíptico a los nublados cielos de los suburbios de Londres. Además el formato es muy agradable de ver, con un ritmo trepidante y ágil, con episodios auto conclusivos que a la vez encajan con el argumento y desarrollo global de la serie.
Aunque Misfits se presenta como una serie de superhéroes, este hecho pasa a segundo plano en beneficio de los personajes, de los cuales el que más sobresale por encima de todos es Nathan, un chico histriónico, egoísta, engreído, bocazas y enérgico que lleva la mayoría del peso humorístico de la serie. Solamente por este personaje merece la pena ver la serie una y mil veces, de tanto que le odias acabaras amándolo. Aún así la serie reparte el peso entre los demás personajes sin caer en favoritismos.
A punto de concluir esta segunda temporada Misfits se ha ganado a pulso el derecho a ser considerada una serie de gran valor, sigue siendo fresca y divertida, y perfecta para pasar un buen rato, una joyita a tener en cuenta y que gracias a sus cortas temporadas te deja con ganas de más. Avisados estáis.
Es uno de mis fichajes para Navidades. Aunque Channel 4 y E4 tienen algunas cosas un poco mierdas, lo que se curran los ambientes y los entornos de las series es para quitarse el sombrero.
ResponderEliminarEn Navidades, temporadas 1 y 2 de Misfits, desde el 15 de enero, generación 3 de Skins.
vivan los ingleses y sus series, vivan!
ResponderEliminarTendremos que hablar de Misfits tranquilamente. Me parece que lo más interesante, por lo que he visto, es la forma en la que los poderes de cada uno van mostrando y transformando a los personajes. Cada poder es un temor, cada poder es una ilusión, es una necesidad... Me parece que es interesantísimo ver cómo se perfilan personajes de un modo tan sutil y cuidado. Por eso me parece mucho más interesante (por lo que llevo) Simon que Nathan... Con Nathan son demasiado obvios (nos cuentan los problemas en su casa, su deseo por tener poderes...), pero con Simon, quizá por su menor protagonismo (por ahora) todo está más construido en base a los detalles, sobretodo en lo relativo a su poder.
ResponderEliminarAle, ya me salió el comentario freak. xD
Eso sí, también me quito el sombrero por la dirección de casting. No se puede encontrar tanta gente fea junta. Sólo se salva Nathan. xD
ResponderEliminarCuando quieras comentamos Bea, pero me da que aún no has visto la serie entera. Por cierto, fea dices? Simon me parece mono, y la morenita esta tremenda...
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