La nueva Ópera Espacial

Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas. El autor de la frase probablemente no había visto el remake de “Battlestar Galactica”, sino tendría que comerse sus palabras. Es lo que tienen las afirmaciones taxativas.

Hagamos un poco de historia. Corría el año 1978 cuando los estudios Universal, de la mano de la cadena ABC, decidieron embarcarse en un proyecto audaz: crear una serie de televisión de ciencia ficción ambientada en el espacio. Probablemente vieron en esta temática un buen filón después del sonado éxito en cartelera de Star Wars (1977). Pero claro, si quieres competir con los efectos especiales más revolucionarios de las últimas décadas, el presupuesto no puede quedarse corto. La primera “Battlestar Galactica” contaba con la revolucionaria cifra de 1 millón de dólares por episodio, lo que la convirtió en la serie más cara rodada hasta la fecha. Tanto presupuesto dio sus frutos, y la primera temporada de la serie consiguió enganchar a una buena legión de fans de la ciencia ficción. Una primera temporada que, por cierto, abría y cerraba el argumento. Por eso pocos comprendieron la necesidad de una segunda, que por desgracia llegó, y consiguió alimentar las peores pesadillas de los fans durante algunos años.

Con estos precedentes una segunda inmersión en el universo “Battlestar”parecía arriesgado. Gracias a los dioses de Kobold*, Universal contó para esta segunda parte con un genio de la talla de Ronald D. Moore, más conocido por su trabajo en la archiconocida “Star Trek”. Además, los estudios decidieron coproducir este nuevo trabajo con productoras británicas y canadienses, lo que sin duda ha redundado en una mayor complejidad de las tramas. “Battlestar Galactica Reimagined” es un miembro muy digno de esta segunda edad de oro de las series de televisión. Una nueva “gold age” que inauguró en su día Lost y que nos está dejando en los últimos años verdaderas obras de arte.

A estas alturas, os estaréis preguntando qué podemos encontrar en “Battlestar”. El planteamiento inicial de la serie es muy sencillo: en algún lugar del universo la humanidad ha evolucionado lo suficiente para crear una nueva raza artificial llamada Cylon. Oprimidos por los humanos, los Cylon se acaban rebelando contra sus creadores y comienza una primera guerra interracial. El conflicto termina con la firma de un armisticio de paz entre ambas razas, y con la huida de los Cylon al espacio. Cuarenta años después de la rebelión, los cylon han evolucionado lo suficiente para adoptar forma humana. Infiltrados en nuestra sociedad, consiguen poner en marcha una guerra nuclear que acaba con el 99% de la población humana. Los únicos supervivientes son una vieja nave militar conocida como “Galactica” y un pequeño grupo de naves turísticas que no estaban atracadas en el momento del ataque. Comandados por “Galactica”, los escasos supervivientes de la humanidad emprenden la huida y se lanzan a la búsqueda de un nuevo hogar, el mundo del que hablan las profecías: la Tierra.


Bajo esta idea inicial, el argumento comienza a hacerse más complejo a cada capítulo y consigue que sintamos verdadera angustia por los últimos supervivientes de nuestra raza. No obstante, sin menospreciar una historia muy bien construida, la verdad es que el acierto de este remake ha sido poner el acento en los personajes. Esta vez no hay personajes planos. Muy en la línea de las nuevas series made in Hollywood, todos tienen personalidades complicadas y contradictorias. Las historias personales, de amistad, amor, sexo o paterno-filiales son la verdadera salsa de la serie. Mención especial a dos personajes. El primero es el viejo Bill Adama, almirante de la destartalada “Galactica”. Edward James Olmos (que por cierto, interpretó a Lee Adama en la serie de 1978) hace suyo el personaje. Su mirada cansada y experimentada es la de ese padre que todos quisiéramos tener. El segundo personaje, y sin duda mi favorito, es Starbuck. En la serie de 1978 este papel lo interpretaba un hombre, pero en el remake los creadores decidieron que una chica temperamental y fumadora de puros podía hacerlo mucho mejor. Y cuánta razón tuvieron. La piloto de cazas más rebelde de la historia hace suya la pantalla en cada aparición.

En fin, como habéis podido comprobar, la serie me encanta. La recomiendo a todo el mundo. Te guste o no la ciencia ficción, la historia y sus personajes conseguirán atraparte. Al final, lo de menos es que transcurra en el espacio y con un montón de naves volando de un lado a otro. Aunque si además disfrutas con estas cosas, puede que se acabe convirtiendo en una de tus favoritas. Estáis avisados.

*Los dioses de Kobold son la religión a la que adoran los humanos de Battlestar.
*Antes de la primera temporada, es necesario ver la Miniserie, con una duración de dos capítulos. La miniserie cuenta lo sucedido antes de la huida de Galactica con el resto de naves supervivientes.