Héroes es un buen ejemplo de que no hace falta llevar a la pantallas historias enrevesadas ni especialmente originales para hacer una película que conecte con los espectadores de un festival de cine. Mientras que otras apuestan por historias complejas, con giros inesperados que se acaban quedando en anagramas sin sentido, el film de Pau Freixas, con toda su sencillez y ternura, logró el premio del público del Festival de Cine de Málaga.
En Héroes vemos el último verano de un grupo de niños en su pueblo de vacaciones, a través de los recuerdos de un publicista obsesionado por su trabajo (Alex Brendemühl) y una mochilera despreocupada y amante de las frases tipo “carpe diem” (Eva Santolaria). Los juegos, las trastadas, los primeros amores y las peleas. Sin duda, una historia que recuerda mucho a la serie Una abuela de verano, que emitió TVE hace años, inspirada en el libro de Rosa Regás. Igual que esta, Héroes logra provocar una sensación de nostalgia y afecto, gracias a su tratamiento sincero y cercano.
La película de Freixas cuenta las cosas con ternura y con mucha naturalidad, con una cadencia idónea para enganchar incluso a los más reacios a los films en catalán. La música es una maravilla perfectamente acompasada con el ritmo de la historia, que funciona perfectamente como hilo conductor y como evocación del momento. Además, Héroes también se llevó el premio a Mejor Vestuario por su brillante caracterización de la estética más clásica de los ochenta.
Lo peor está, probablemente, en que la historia de los adultos, en contraste, pierde fuerza y magnetismo. La moraleja “haz que cada día sea mágico” de Cristo (Eva Santolaria) chirría desde el principio y la evolución de los protagonistas es demasiado obvia.
Aún así, el conjunto funciona. Héroes es un cuento, simple y sencillo, sin pretensiones y sin engaños. No es una obra maestra, pero es una película agradable y cuidada. La buena noticia es que, gracias a la acogida que tuvo en el festival, la película ha encontrado distribuidora y podrá verse en las salas.
En Héroes vemos el último verano de un grupo de niños en su pueblo de vacaciones, a través de los recuerdos de un publicista obsesionado por su trabajo (Alex Brendemühl) y una mochilera despreocupada y amante de las frases tipo “carpe diem” (Eva Santolaria). Los juegos, las trastadas, los primeros amores y las peleas. Sin duda, una historia que recuerda mucho a la serie Una abuela de verano, que emitió TVE hace años, inspirada en el libro de Rosa Regás. Igual que esta, Héroes logra provocar una sensación de nostalgia y afecto, gracias a su tratamiento sincero y cercano.
La película de Freixas cuenta las cosas con ternura y con mucha naturalidad, con una cadencia idónea para enganchar incluso a los más reacios a los films en catalán. La música es una maravilla perfectamente acompasada con el ritmo de la historia, que funciona perfectamente como hilo conductor y como evocación del momento. Además, Héroes también se llevó el premio a Mejor Vestuario por su brillante caracterización de la estética más clásica de los ochenta.
Lo peor está, probablemente, en que la historia de los adultos, en contraste, pierde fuerza y magnetismo. La moraleja “haz que cada día sea mágico” de Cristo (Eva Santolaria) chirría desde el principio y la evolución de los protagonistas es demasiado obvia.
Aún así, el conjunto funciona. Héroes es un cuento, simple y sencillo, sin pretensiones y sin engaños. No es una obra maestra, pero es una película agradable y cuidada. La buena noticia es que, gracias a la acogida que tuvo en el festival, la película ha encontrado distribuidora y podrá verse en las salas.
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