En defensa de Lena Dunham

La entrada se iba a llamar 'Leave Lena Alone!', parafraseando al loco fan de Britney, pero no quería pasarme con los anglicismos. Sí, de fans va la cosa. En 24 Reflejos nos gusta mucho Girls, de la HBO, y no hemos dejado de recomendarla. Saltamos de alegría cuando salió el nuevo tráiler y contamos los días en el calendario para que empiece la segunda temporada. Somos así de fans.

Pero yo no quería hablar de Girls sólo por esto. Hace poco, el blog SModa de El País publicó un artículo sobre el "sexismo hipster", copia del que publicó antes NYMag. El término, sexismo hipster, hace referencia al sexismo de toda la vida que está presente en la cultura moderna, pero "dado de vuelta", es decir, rebozado en ironía y posmodernismo que no hace sino esconder la realidad: machismo old school 100%.

Si bien el artículo defiende un término que me parece completamente válido, al leer que ponían de ejemplo a Lena Dunham mi aracno-sentido de fan se puso alerta. Primero, porque todo venía a colación del vídeo de apoyo a Obama. En el spot que Dunham hizo, recomendaba a las jóvenes votar por Obama "porque tu primera vez debería ser con tipo especial". No seré yo quien defienda a Obama ni a su campaña. Sin embargo, en los análisis que hacían los artículos, acusando al spot de paternalista (que lo es), se olvidaban de hacer referencia a que detrás de las elecciones estadounidenses había toda una guerra sobre los derechos reproductivos. Romney y demás bazofia del partido republicano llevaron las campañas antiabortistas tan lejos que llegaron a redefinir la violación y atribuyeron propiedades mágicas al embarazo. Lena habla en el anuncio de votar por Obama porque se preocupa por las mujeres, garantiza el seguro médico y los anticonceptivos. No perdamos de vista el contexto.

Adam, llamando puta a su hermana por teléfono, era el otro ejemplo traído en los artículos. Y aquí hay un problema de lectura: el machismo está en el personaje, no en la serie. Adam es el antagonista de Hannah, que pese a ser una chica independiente y creativa sigue cayendo en los brazos de semejante patán, que sin embargo, tiene sus momentos. Adam no es el machista old school, pero se quita el condón a la primera de cambio cuando Hannah no mira. En la primera escena del segundo episodio, cuando están en pleno polvo y decide correrse en sus tetas, Hannah suspira: "Eso ha estado muy bien. He estado a punto de correrme". Es difícil no ver la ironía o la crítica en semejante escena. Las relaciones de género entre Hannah y Adam son demasiado complicadas como para definirlas de una pasada como hace el artículo.

¿Es Girls una serie feminista? En un tiempo en el que ya no se habla de feminismo sino de feminismos, parece que las barreras se difuminan, pero no es así. Si Girls ha causado tanto revuelo ha sido porque ha traído a las pantallas una nueva representación de chicas: patosas, creativas, bocazas, inseguras, impulsivas, torpes, aventureras. A las que las relaciones profesionales no se les dan especialmente bien y las sexuales a veces tampoco. No son las mejores pero no dan pena. Que Lena Dunham tenga 26 años y escriba, protagonice y dirija una serie que me gusta tanto a mí me parece empoderador como poco.

A Lena Dunham le han llovido muchísimas críticas porque es una serie completamente blanca, porque no hay representación de diversidad de razas. Es una crítica completamente válida. Sin embargo, conviene no perder de vista que es la misma crítica que se le podría hacer a multitud de series que vemos y amamos. Ella se ha defendido de la manera que cualquier artista haría: alegando que su historia es personal y específica y que no trataba de representar experiencias ajenas. Y ante la insistencia, tomándoselo con humor: "¿No es suficiente que esté un poco gorda y siempre desnuda en la tele? ¡Dejadme en paz!"

Pues eso, dejen a Lena Dunham en paz.

PS: Estos son extractos de su entrevista en el New Yorker Festival

Me gustaría decir que Girls va de madurar, pero también de encontrar tu sitio[...] Una vez tuiteé algo como "Sabes que has madurado cuando llevas la ropa a una sastrería para que te la ajusten y te quede mejor", y alguien dijo algo como, "no, sabes que eres una blanca insoportable cuando llevas tu ropa a la tintorería", así que, claramente, no tengo ni idea.

Yo realmente considero la televisión como el medio de la gente. La idea de ver a tus padres desnudos, o que tener a alguien que vaya a hacerte sexo oral y estar preocupándote por si hueles o si tu cuerpo es raro, o qué pasa en la cara de la persona que debería estar experimentando placer pero no lo hace: esas son las cosas que me encantaría normalizar en la tele.

Ninguna de mis acciones han sido nunca motivadas por la búsqueda de un marido, preguntándome si iba a tener familia algún día o queriendo tener una gran casa o pensando que sería genial tener un diamante.

Creo que para las mujeres jóvenes el sexo es sexo pero el sexo también es querer gustar y ser apreciada. Y el miedo de que si dices que no alguien te responderá Ok, hasta luego. Y así perder a tu querida audiencia.

La idea de que una conversación feminista fuese guay otra vez y no la misma vieja papilla de siempre me parece muy excitante.

Siempre creo que hay dos alternativas para una mujer: o estar completamente segura de tu cuerpo de no-talla-30 y decir "me encanta cómo me veo y esta es quien soy" o ser la persona que está obsesionada con la dieta y el ejercicio. Lo que es más realista para mí es que hay días en los que me levanto y me encanta cómo soy, y otros digo "Si tuviese más autodisciplina, podría perder 10 kilos". Esa contradicción es lo que para mí se siente al ser una chica.