La película de Peter Jackson, The Lovely Bones, es una mala película de suspense, una mala película de fantasía, una mala película cómica y una mejorable película dramática.
El mal film de suspense lo consigue mediante unos planos eternos de tensión que llegan al ridículo, mediante unas conclusiones que no existen y por la música que sobremarca el clímax.
En cuanto al género fantástico, abusa de la tecnología digital con escenas demasiado artificiosas que consiguen sacarte de la película. Jackson pretende crear metáforas de un mundo entre la tierra y el cielo, y logra que no se lo crea nadie.
La mala comedia es, quizás, el mayor fracaso de la película. Destaca el personaje de la abuela, interpretada por Susan Sarandon, que parece fugado de alguna estúpida película americana. Un personaje exagerado que bebe mucho, fuma mucho y es un desastre, en medio de una historia escalofriantemente dramática, no pega nada.
Y en cuanto al drama, consigue algunos logros con imágenes impresionantes o reflexiones interesantes, pero se sustenta sobre todo por la actuación de grandes actores como Rachel Weisz o la joven Saoirse Ronan.
Por lo tanto, ese mix de géneros que propone Jackson consigue que no entres en ninguno de ellos, te asustes cuando hay que reír y te rías cuando hay que llorar.
El mal film de suspense lo consigue mediante unos planos eternos de tensión que llegan al ridículo, mediante unas conclusiones que no existen y por la música que sobremarca el clímax.
En cuanto al género fantástico, abusa de la tecnología digital con escenas demasiado artificiosas que consiguen sacarte de la película. Jackson pretende crear metáforas de un mundo entre la tierra y el cielo, y logra que no se lo crea nadie.
La mala comedia es, quizás, el mayor fracaso de la película. Destaca el personaje de la abuela, interpretada por Susan Sarandon, que parece fugado de alguna estúpida película americana. Un personaje exagerado que bebe mucho, fuma mucho y es un desastre, en medio de una historia escalofriantemente dramática, no pega nada.
Y en cuanto al drama, consigue algunos logros con imágenes impresionantes o reflexiones interesantes, pero se sustenta sobre todo por la actuación de grandes actores como Rachel Weisz o la joven Saoirse Ronan.
Por lo tanto, ese mix de géneros que propone Jackson consigue que no entres en ninguno de ellos, te asustes cuando hay que reír y te rías cuando hay que llorar.
No he visto la peli, pero recuerdo que me insistieron muchísimo para leer "Desde mi cielo", el libro de Alice Sebold en el que está inspirado, y ya la trama del propio libro me parecía de lo más ñoña. No sé cómo habrá salido la película, pero todo el rollo de "niña muerta contempla su vida" que promete la novela me parece muy, muy poco atractiva.
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