sábado, 29 de mayo de 2010

Mad Men

Un hombre sin rostro en medio de un despacho observa como todo lo que le rodea se hunde bajo sus pies, y como él mismo va precipitándose en un abismo compuesto por largas piernas, hermosos rostros, escenas cliché del sueño americano, y productos banales para acabar el plano dándonos la espalda recostado en un sillón mientras sostiene un cigarro, acompasado por una melodía tan minimalista como las imágenes que acompaña, en lo que se ha convertido en uno de los iconos de la televisión de la última década. Así es el opening de Mad Men y define perfectamente todo lo que nos va a mostrar en cualquiera de los capítulos de las tres temporadas que componen esta fantástica serie.



Ese hombre sin rostro es Don Draper el director creativo de una exitosa agencia de publicidad en el Nueva York de principio de los 60. Mr Draper es un hombre de mediana edad al que el éxito le acompaña gracias a su enorme talento en su profesión. Con un físico y una presencia masculina innata, casado con una bella y joven mujer que le espera junto a sus pequeños y adorables hijos en una bonita y enorme casa a las afueras de la ciudad, todas las noches, con la cena servida en la mesa. Mr Draper podría etiquetarse como el claro ejemplo del sueño americano, y eso es lo que todos y cada uno de las personas que comparten su vida creen. Lo que nunca podrían imaginar es que todo y cuanto ven de él es mentira, y Don Draper esconde una vida de mentiras, secretos y oscuro pasado. Un pasado que ha enterrado para ser el hombre que es, pero que le persigue como un mal sueño y que le atormenta allá donde va. Como una metáfora de la publicidad misma, que él se encarga de crear, todo lo que ves es perfecto pero la vida no es como un anuncio de publicidad.


Mad men llegó de la mano del productor y escritor de los Soprano Mathew Weiner, con todo lo que ello conlleva, y en poco tiempo se ha convertido en la mejor serie en antena del momento, y una de las mejores de la historia por meritos propios. En Mad Men nos sumergimos en el mundo de la publicidad de los años 60, un mundo que es sinónimo de mentiras, competición sucia y ambición, y es que Mad men es una serie políticamente incorrecta, cada uno de sus protagonistas son antihéroes que nos darán muchísimas razones para querer odiarlos, no son buenas personas, y sin embargo enamoran. Gracias a un guión sobresaliente, el estilo dramático de la serie nos engancha sin necesidad de mover islas en el espacio tiempo, simplemente a base de buenos diálogos y escenas hipnóticas, en parte también a la increíble fotografía y ambientación, cada plano es una delicia de contemplar, no sobra nada, no falta nada, y todo esta perfectamente colocado con una presencia abrumadora, valga la redundancia, del humo de los omnipresentes cigarros o los vasos de alcohol medio vacíos. En su momento llegué a leer que el impacto que había causado la estética retro con ese aire pinup sesentera en la moda actual americana era enorme, y no es para menos, sobresaliendo por encima de todos el Don Draper de Jon Hamm, ¿Quién dijo que ya no había hombres como los de antes?

En cada uno de los capítulos nos podremos acercar a un mundo tan cercano y lejano a la vez, tan actual en muchos sentidos, y tan diferente hoy en día como era la década de los sesenta. Como era la lucha invisible y sugerente de las mujeres por hacerse hueco en un mundo tremendamente competitivo y machista, la homosexualidad, las relaciones interraciales o la maternidad fuera de un matrimonio, todo ello en posiblemente la época mas interesante del último siglo, llenos de cambios y revoluciones, lleno de sugerencia y contraste.
No hay excusa para no ver esta maravilla, ya sea para saborear una sublime tragedia griega, para dejarte embaucar por la presencia de Don Draper, para dejarte seducir por las interminables curvas de las secretarias de la agencia de publicidad o por los increíbles labios de Betts, la mujer de Don, para marearte con el interminable humo de un cigarro, o por que en su momento viste, o no viste, los Soprano y quieres saber de que te estoy hablando. Mad Men es una serie imprescindible.

3 comentarios:

  1. Sacaré tiempo para verla...seguro que a Elena le encanta, sobre todo por lo del humo de los cigarros!;D jajaja.

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  2. Cómo lo sabes, Deby!!
    Estoy deseando que llegue un momento de mi vida en el que tenga tiempo de engancharme a una serie y la primera de la lista es... Mad Men!!
    Cigarros, estética sesentera y femmes fatales... uf! Qué atractivo!

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  3. Es buenísima. De lo mejorcito que conozco "actual". Encima al principio me parecia que le faltaba un "gancho", pero siendo algo paciente empiezan a profundizar en las personalidad y cada capítulo se convierte en una maravilla. Por no hablar de una estética absorbente como la que más y unos personajes finos, finos... En fín, que me pareció lenta, pero a los 7 capítulos que llevo no me queda más que arrodillarme.

    Es genial como desmiembra los clichés capitulo a capítulo para recordarnos que no somos tan modernos como nos pensamos.

    Por cierto deby, femmes fatales no he visto ninguna, lo que si veo es un gusto por la sensualidad (en todos los sentidos) enorme.

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