Personajes: Ryan y yo

Me acuerdo de cuando fui a ver “El mundo de Leland” al cine. Era una de estas salas enanas que se atreven a poner películas extrañas. Iba sin saber muy bien de qué iba la historia, pero salía una de mis actrices fetiches de aquella época (Jena Malone, la hija insoportable de “Quédate a mi lado”), así que arrastré a mi madre a verla. Aunque me llevé una decepción porque Jena salía únicamente como secundaria, me sorprendió gratamente encontrarme con un protagonista, desconocido por aquel entonces, que representaba a un adolescente encerrado en un centro penitenciario por asesinato. Aunque la peli en sí no era nada del otro mundo (realmente he tenido que mirar la sinopsis en Wikipedia porque no la recordaba) sí que se me quedó la imagen del joven de ojitos tristes y sonrisa pícara. Se trataba de Ryan Gosling.

Este canadienses (sí, ahora me he vuelto canadiopatriótica) nacido en 1980, llevaba rondando varios años por el mundillo hollywoodiense, pues participó en El Club Disney americano, junto a personajes como  Justin Timberlake, Christina Aguilera o Britney Spears. Gracias a diosa, pasó desapercibido, pero su interpretación en la película “El Creyente” (2001) llamó la atención de los críticos y de los productores más avispados, que no dejarían escapar al chaval.

En 2004, Ryan estrenaba una película cuyo paso por el cine fue totalmente invisible, pero que poco a poco fue ganándose el reconocimiento de la audiencia. Se trata de “El Diario de Noa”. Me acuerdo que alquilé este film en un videoclub de un pequeño pueblecito de Maine (EEUU), sin tener, de nuevo, ni idea del argumento o de las críticas de la película. Y otra vez la casualidad quiso reunirme con Ryan. Aunque, como muchos ya saben, “El Diario de Noa” me parece una pastelada inaguantable cuya excusa de “es de estas chorras que te pones para llorar” no me vale, la interpretación de Ryan Gosling admito que es arrasadora. Esa mezcla de tipo salvaje y aldeano, pero delicado y vulnerable a la vez es irresistible.

Desde entonces, han pasado unos cuantos años y nuestros caminos (el de Ryan y el mío) no habían vuelto a coincidir, pues su película “Half Nelson”, por la que fue nominado al óscar, no la vi (me gustaría jurar que la veré, pero prefiero dejar que la relación con Ryan fluya a través de casualidades, ya sabéis). Pero han sido estos últimos meses cuando no paro de encontrarme con él.

Repasando películas recomendadas por amigos y aprovechando el tiempo muerto del verano me encontré con “Lars y una chica de verdad”. Quizá no sea una peliculón pero, desde luego, cuenta una historia un tanto peculiar: Lars (de nuevo, Ryan), es un veinteañero cuyas relaciones personales no son su fuerte. Su timidez y su dificultad para comunicarse con los demás le obligan a buscarse una novia de plástico. La película, entre la comedia y el drama, vuelve a lucir a Ryan Gosling, con un papel de inadaptado y tierno al mismo tiempo.

Por último, conseguí por fin una de las películas indies del año, que gustó tanto en Sundance y pasó rápidamente por España gracias al Festival de Gijón. Se trata de “Blue Valentine”, película protagonizada por Ryan Gosling y Michelle Williams, donde interpretan a una joven pareja. El film, utilizando continuamente flashbacks, narra a modo de puzzle la historia de amor de los jóvenes, desde su nacimiento hasta su decadencia total. Es decir, la película se basa totalmente en la interpretación de los actores (ambos fueron nominados a los Globos de Oro y ella al óscar). Aunque Michelle Williams es otra de mis intérpretes esenciales, en esta película queda totalmente arrasada por el personaje de Ryan Gosling. Apasionado y dulce a la vez, campechano pero conquistador, positivo aunque débil. Toda una serie de estados de ánimo, pues el personaje no para de cambiar en toda la película, que Ryan Gosling interpreta con la fuerza que le caracteriza.

 Pero la historia de amor entre Ryan y yo no termina ahí, pues no paran de salir trailers de sus nuevas películas (tengo muchas ganas de ver “The Ides of March”) y ayer mismo salió la noticia de que “Drive” llega al Festival de San Sebastián. ¿Vendrá a presentarla?

En fin, sólo queda admitir que Ryan Gosling, ha sabido equilibrar perfectamente su filmografía, convirtiéndose desde el macho más cabrío de la montaña al ser más sensible del mundo, del chico forrador de carpetas al rey del cine indie.