Noche de Oscars, noche de ritos. Casa de Deby, comida rica, mucha alergia y Coca Cola que supla la ausencia del café. Una gala aburrida, llena de tweets ridículos y muchos comentarios sin sentido, fruto del sueño, del aburrimiento provocado por Alec y Steve (¿dónde andará Buenafuente?) y de la emoción de andar mezclando fotos, quinielas y nuevas tecnologías.
Nos ha faltado música, nos han faltado bailes y nos ha faltado, sobretodo, darnos cuenta de que daban el Oscar a la Mejor Película. Estábamos todos charlando (y todos somos nosotros, el público e incluso los comentaristas) cuando Tom Hanks coge y dice algo que ha sonado a “En tierra hostil”. Katheryn, ultra-patriótica y amante de los soldados y de todo el que lleve uniforme (ays, Kathy, el fontanero…), ha vuelto corriendo, llorando y haciendo no sé cuantas cosas más a la vez y ha recogido el Oscar. Junto a ella, su productor, que acababa de abrazar a un James Cameron visiblemente decepcionado. Se siente, Pocahontas no ha molado.
Entre lo que sí nos ha gustado, podríamos destacar una larga lista de actrices, bellísimas ellas, discursos emotivos (Sandra Bullock, haciendo un llamamiento a la tolerancia social y a la de las madres, para dejar que sus hijas se suban al coche con chicos antes de los dieciocho; Julianne Moore, hablando de Colin Firth), el baile a las bandas sonoras y la valiente presentadora que le ha hablado a George Clooney de su problema con el compromiso delante de la novia (que por lo visto no entendía ni papa de inglés).
Conclusión: otro año más. El que tenga el valor de leerse los 148 tweets que ha dado de sí la gala, será premiado con toda nuestra devoción.
Podéis ver todos los ganadores aquí.
Bea y Deby – Oscar Reporters
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