'El Topo': una película de espías muy elegante

Después de la maravillosa ‘Déjame entrar’ Tomas Alfredson regresa a la gran pantalla de la mano de Gary Oldman. Muchas expectativas y actores reconocidos daban por sentado que ésta sería una de las “grandes” del año. Sin embargo, sigo pensando que ‘Déjame entrar’ fue mucho mejor. 

Años 70, en plena guerra fría. El fracaso de una misión especial en Hungría provoca un cambio en la cúpula de los servicios secretos británicos. Uno de los expulsados es el agente George Smiley. Sin embargo, cuando ya se había hecho a la idea de retirarse, le encargan una misión especial. Se sospecha que hay un “topo” infiltrado en la cúpula del Servicio y sólo alguien de fuera puede averiguar quién es. Con la ayuda de otros agentes, Smiley (Gary Oldman) irá recabando información y encajando las piezas para intentar descubrir al traidor.

Esto me recuerda a cuando un amigo te dice: “¿qué prefieres, que te de la buena o la mala noticia primero?” En esta ocasión elegiré yo y empezaré por lo malo.

Lo peor…

…un complejo entramado de secretos, apariencias y mentiras que no acaban de cuadrar. Más que menos después de haber visto tantas películas de suspense, espías y demás uno acaba esperándose cualquier cosa. Y esta no es diferente: es previsible, aunque para ello te mareen demasiado.

…algo lenta, disfruta excesivamente de planos descriptivos dramatizando el momento más de lo debido. Llega a hacerse algo larga.

…lo carísimo que está el cine.

Lo mejor…

…un elenco de actores que dejan sin habla: Gary Oldman (gran favorito para los Oscar y eso que todavía no se saben las nominaciones), Colin Firth, Tom Hardy, Mark Strong y un gran número de secundarios que bordan al milímetro su interpretación.

…la falta de gestualidad forzada de Gary Oldman se merece una mención especial. Increíble frialdad y serenidad ante situaciones de alta tensión. Único e inigualable.

…delicadeza y calidad ante todo. Cada escena es digna de ser mencionada por su fotografía, su cuidado y elegancia. Gran capacidad para transmitir la tensión, silencios brutales y efectos sonoros que marcan el ritmo de la película. Gran parte del mérito para la banda sonora sino toda.

…sin el vestuario esta película no sería apenas un ápice de lo que ha llegado a ser. Quien salga de la sala de cine sin haberse fijado en esos trajes de los años 70 se habrá perdido la mitad de la película.

Ni bueno ni malo, pero destacable:

Su director, Tomas Alfredson, director al que admiro por su obra ‘Déjame entrar’ eligió para la escena final en la que se resuelve todo el conflicto el tema ‘La mer’ de Julio Iglesias. Extraño, pero cierto. Y es un temazo. Se dice que puede ser en parte a la influencia de Alberto Iglesias creador de la banda sonora del film.