miércoles, 18 de enero de 2012

La dama de hierro que resultó ser de mentira



Primera secuencia de la película. Una señora mayor, con pañuelo en la cabeza, se dirige al Off-Licence de la esquina a comprar leche. Podría ser cualquiera, pero es Margaret Thatcher. La primera mujer Primer Ministro en Reino Unido. La primera líder femenina del mundo occidental.

‘La dama de hierro’, pretende, pues, el retrato de una mujer fuerte, dura e implacable que dirigió con mano de hierro el país durante once años. Pero esa mujer apenas aparece en la pantalla. A quien vemos es a una anciana incapaz de valerse por sí misma, que sufre alucinaciones con su difunto marido, y vive con la melancolía innata a la vejez.



Lejos de ser un pretexto para introducir a la vida de una líder clave en la historia de Inglaterra y Europa, los desvaríos de la vejez de una envejecida Margaret Thatcher ocupan buena parte del metraje, sin dar paso a la acción; narrando, de una manera contemplativa, su día a día.
Se trata de un ejercicio no poco cargado de compasión. Es difícil no empatizar con una mujer que ya no controla su vida, que añora a su compañero y no entiende el mundo sobre el que antes decidía. La directora, Phyllida Lloyd, juega con astucia sus cartas. Meryl Streep, una de las mejores actrices del momento (por no decir directamente la mejor), adorada por crítica y público, es una elección muy inteligente. Sin ella, que hace una interpretación tan brillante como a las que acostumbra, la película se hundiría sin remedio.

¿Por qué? Bueno, un biopic nunca puede distanciarse de la imagen de la persona a quien retrata. El retrato de Margaret Thatcher en ‘La dama de hierro’ es parcial, borroso y superficial. Pone todos sus esfuerzos en convertir en simpática a la política, mostrando sus ambiciones y especialmente las duras batallas a las que se tuvo que enfrentar por llegar a donde llegó. Pensaba que nunca vería a una mujer al mando del Gobierno y en cambio se convirtió en ella. Bajo este logro, Thatcher se redime. ¿Es suficiente esta reivindicación feminista para salvar al personaje? La directora parece creerlo. El espectador que conozca la historia de la Dama de hierro, puede no pasar por el aro. “Tengo una habilidad de mujer para aferrarme a un trabajo y continuar con él cuando todo el mundo se va y lo deja”, se defendía Margaret Thatcher, pero a la vez que afirmaba que la batalla por los derechos de la mujer hacía mucho tiempo que había sido ganada.

Un personaje odiado
“De Francia a Filipinas, de Jamaica a Japón, de Malasia a México, de Sri Lanka a Singapur, la privatización está en alza… Las políticas en las que hemos sido pioneros están expandiéndose de país a país”. Esta es una de las declaraciones de Margaret Thatcher que alberga Internet, se pueden ver muchas más para conocer al personaje. Si dentro de veinte años, en mitad de una crisis económica aún peor que la actual, se rodase una biografía sobre Angela Merkel o Esperanza Aguirre, humanizando la figura de cualquiera de estas dos políticas, figuras clave en la destrucción de los servicios públicos, si este presente se convirtiera en un pasado ficcionado, no querríamos contemplar un retrato como el de esta película. Un retrato que muestra de manera lateral los episodios más oscuros del mandato de la biografiada, dejándolos pasar de largo.


Lo que Thatcher logró
Las huelgas salvajes de los mineros, la destrucción de los sindicatos, una guerra que nadie entendía y que se llevó a un montón de jóvenes, revueltas sociales que ardían barrios y tantas otras historias no bonitas sucedieron el mandato de Margaret Thatcher, que asistía sin que le temblara un dedo a la muerte por inanición de presos irlandeses en huelga de hambre (entre ellos, Bobby Sands), mientras legislaba cosas como que se dejase de repartir leche en los colegios y ponía una verja a su vivienda en Downing Street para alejar a los manifestantes que no abandonaban su puerta.
La líder a la que Morrisey, Elton John y tantos otros lecantaban cosas como "¿Cuándo te morirás?", esa líder inteligente e implacable a quien los conservadores siguen adorando, no aparece apenas en ‘La dama de hierro’, que queda como un producto carente de sustancia. Incluso la parodia que hicieron Joaquín Reyes y los suyos en ‘La hora chanante’ contiene más verdad que la película.



3 comentarios:

  1. Recomiendo muchísimo a lxs que se apañen con el inglés a que se lean este artículo, de una periodista inglesa a quien invitan a ver la peli con la presencia de la directora y Meryl Streep cocinando para ellas: http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2011/nov/16/margaret-thatcher-meryl-streep

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  2. Creo que no iré a verla al cine, esperaré a que la estrenen en la tele...Espero que nunca hagan una peli de Esperanza Aguirre.

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  3. Jajajaja. Me encanta Muchachada!! jajaja.
    Yo sí que intentaré verla en el cine para ver a nuestra Meryl en todo su esplendor.
    Y sobre lo de Esperanza Aguirre... tiempo al tiempo.

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