Jafar Panahi, director prolífero iraní, fue sentenciado en 2011 a 6 años de prisión y a 20 años sin derecho a rodar una película, escribir guiones, viajar al extranjero y conceder entrevistas a medios de comunicación por rodar una película sobre las protestas acerca de la presunta manipulación de las urnas durante los comicios presidenciales de 2009, cuando Mahmud Ahmadineyad fue elegido mandatario del país. Actualmente vive recluido en su casa con orden de no salir del edificio en el que reside.
Jafar tiene entre sus manos un guión y quiere encontrar la manera de rodarlo. Para ello pide ayuda a su amigo Mojtaba Mirtahmasb que se presenta inmediatamente en su casa con una cámara. Panahi, Mirtahmasb, la cámara y la casa de Jafar Panahi será el contexto que rodea esta película. Además de las múltiples llamadas de teléfono que de manera extradiegética permitirá contextualizar al espectador la situación del país, de la condena de Jafar, de su familia y de los vecinos del edificio.
La película, a modo de documental pero ficcionada, muestra un día en la vida de Panahi. Desde que se levanta, lo que piensa, sus ansias por hacer cine, por mostrar lo que sucede, por sentirse libre…Cuesta imaginar qué se siente al ser prisionero de tu propio hogar. Una cosa es estar en la cárcel, pero encerrado en tu casa puedes acabar odiando el espacio que te rodea, aunque en otro tiempo fuese un lugar acogedor. Las últimas noticias aseguran que ha sido trasladado a una casa en el norte de Irán donde sigue detenido y sin teléfono.
Panahi demuestra su resistencia y fuerza de voluntad al rodar ésta película que sirve de altavoz de su particular e injusta situación. Es algo así como un llamamiento a la comunidad internacional para denunciar su condena. En varios momentos, hablando con su abogada por teléfono, dice: “la única manera de ejercer presión es a través de la comunidad internacional”. Así lo han hecho compañeros del mundo cinematográfico durante la Berlinale, ya que los compañeros iraníes temen manifestarse y verse sometidos a una pena igual o más dura.
Sin duda os estaréis preguntando cómo es posible que esta película haya llegado hasta aquí. La película fue rodada en 2010 cuando Panahi aún tenía acceso al teléfono móvil y vivía en su propia casa. Además, fuentes desconocidas afirman que la película “fue sacado de Irán en un pen-drive por una persona que viajaba a París”. Esperemos que todos estos esfuerzos consigan movilizar a una parte de la población en apoyo a lucha de Jafar Panahi.
Qué horror el pensar: "en cuanto esto se sepa seguro que hay gente que me ayuda"y que salga le peli, pase por festivales y que lo único que haya conseguido es empeorar su situación...Enfin, espero que alfinal haya merecido al pena...
ResponderEliminarY bueno, es sabido que cuando se hacen películas o documentales controversiales pasan estas cosas. Casi parecido fue lo de Michael Moore con sus documentales "en contra" de la sociedad estadounidense. Igualmente allá como es más democrático no se llega a los extremos de prisión. A veces tienen que guardarse las peliculas en casa hasta que haya más libertad de expresión!
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