#Avatar#

Es maravilloso ir a ver una película con un gran número de amigos, porque de esta manera, cuando sales, tienes más opiniones, más debate y la cosa es más entretenida. He de reconocer que ver las películas sin saber nada de ellas es algo que me atrae de vez en cuando, aunque no muy recomendable. Ayer, valió la pena.

Mis pretensiones sobre Avatar no eran muchas. Esperaba una película de ciencia ficción, con muchos efectos especiales, algún “humanoide azul” y poco más. Por cierto, he de decir que la vi en 3D. Y sí, merece la pena verla en 3D.


Es muy fácil criticar una película de ciencia ficción cuando el director se ha inventado un espacio y un tiempo desconocidos, es decir, en ningún momento aparece ninguna referencia al siglo, año o mes en el que se desarrolla la película y, mucho menos, si se desenvuelve en la Tierra, en Marte o en un universo aún desconocido… De esta manera facilita la concentración en el relato y en lo que desea transmitir. El personaje protagonista se centra en el ÁrbolMadre, cuya particularidad reside en contener una energía mayor que la que desprende el cerebro humano. Es quién, a través de sus raíces unifica la naturaleza creando una simbiosis entre todos los seres vivos que habitan en él. Se genera un vínculo de mutuo respeto entre la naturaleza y los Navys (tribu humanoide que quiere ser desalojada de su ÁrbolMadre por la riqueza mineral que hay bajo sus raíces). La película muestra el conflicto entre la convivencia con la naturaleza de los navys y la destrucción de la misma por los seres humanos en busca de un beneficio económico. Cabe decir que los diálogos, los múltiples tópicos y un doblaje algo “inverosímil” dejan bastante que desear de una producción que se esperaba prácticamente perfecta. Otra de las grandes carencias es la falta de explicación científica sobre la vinculación entre los avatar y sus dueños para realizar el enlace, una opción hubiese sido convertir Avatar en una trilogía para poder contestar a todas las preguntas sin preocuparse por la duración de la película. Dos horas y media que pasan desapercibidas.

Haría un apunte especial a la banda sonora, espectacular en todo momento recordando a las grandes orquestas, creando un clima trival de grandeza, de infinitud. Sin duda, una gran apuesta que seguramente tendrá sus recompensas. Cómo no, si esperamos al final de la película (no voy a destriparla, tranquilos) podremos escuchar la única canción de la película que cuenta con voz y que nos recordará rápidamente a Celine Dion en Titanic.

Merece la pena verla en 3D, pero hay que estar concentrado para no dispersar la atención. El cine 3D aporta realismo a las proyecciones, pero al mismo tiempo, exige al espectador un esfuerzo mayor. Los constantes desenfoques favorecen la distracción, el hecho de ser algo nuevo también provoca que, ante la curiosidad, no podamos resistirnos a quitarnos las gafas de vez en cuando para ver como se ve en la pantalla o que te centres en aquello que cobra mayor dimensión aunque no sea lo importante de la escena. Sin embargo, hay que reconocer que es la mejor forma para conocer Pandora, el lugar donde se haya el bosque de los Navys. Los paseos por el bosque se convierten en uno de los mayores atractivos de la película y muchísimo más cunado comenzamos a volar entre acantilados, a caer de altas cascadas o a admirar a unas criaturas extrañas y feroces. Muestra la belleza de la naturaleza más salvaje, más pura. Imágenes que se quedan retenidas en la retina haciendo desear que existiera un lugar como aquel. Una película que aboga por el respeto a la naturaleza como fuente de vida.

En la película se refieren a la naturaleza como “Eywa, ella nos da la energía y nosotros se la devolvemos”. La simbiosis eléctrica es no sólo etérea sino también física. Sus cuerpos están preparados para conectarse a la naturaleza y sentir como ella, de ahí su incapacidad de dañarla y su gran esfuerzo en cuidarla. Realmente, el contenido es la llave mágica de muchas de las realidades actuales: la explotación agraria, ganadera, el cambio climático, la injusticia hacia los pueblos que luchan de forma pacífica, la necesidad de tomar las armas para la resolución de conflictos, la ignorancia de muchos, el compromiso de otros…