Los monos al poder...de las taquillas

Todos, mejor o peor, sabemos de qué va el Planeta de los simios. De hecho es difícil olvidar la imagen final, cuando Chartlon Heston caía arrodillado horrorizado viendo la estatua de la Libertad semienterrada en la playa. Después de unas desafortunadas secuelas en los años setenta y tras el remake que hizo Tim Burton en 2001, poco había más que hacer. O tal vez no. Diez años después, Rupert Wyatt fue seleccionado para dirigir ‘El Origen del Planeta de los Simios’. Porque esta es una de esas películas encargadas en las que hay detrás un gran estudio cinematográfico con un montón de pasta y con ganas de gastarlo.

Esta premisa alejará a mucho amante del buen cine de las salas donde se proyecta, pero sorpresa, no está tan mal. Sí, es una película de acción y sí, por porco que te sepas de que va la primera película te puedes imaginar como empieza y acaba esta.. Sin embargo nos presenta por lo bajini algunos temas candentes, como creernos “dioses” capaces de modificar la naturaleza  o la experimentación con los animales. ¿Dónde está el límite? ¿Hasta dónde se puede llegar en nombre de la ciencia?

Dicen que la película original de 1968 fue una defensa soterrada (¿un poco extravagante?) hacia las personas negras. Por aquellos años se les llamaba apes, (monos), aunque no creo que Chartlon Heston lo supiese. Tal vez son sólo ganas de sacar de dónde no hay. En esta película no son tan transgresores y la comparación de la revolución simiesca con otra actual se me escapa. Sin embargo PETA (la asociación estadounidense pro-defensa de los derechos de los animales más famosa) la ha aplaudido. Aunque no sólo ella, ahora mismo está arrasando en taquillas de medio mundo.

Un gran punto de esta película es que te pones del lado de los monos muy rápidamente. Los espectadores del cine sufrían y se enternecían con los simios, habían empatizado con ellos. Y no es broma, otro de los grandes puntos de la película es la actuación de los monos. Este logro se ha conseguido con efectos especiales, simios y actores. Detrás del chimpancé protagonista César, está Andy Serkis. Tal vez ni su nombre ni su cara os suene, pero ha interpretado algunos de los papeles más recordados del cine como Gollum o último King Kong. Por mucho que les pese a sus compañeros de pantalla, James Franco ( y eso que siento una especial debilidad por este actor) y Freida Pinto, se los come en la pantalla. Es por ello que se está hablando de recompensar de alguna manera este trabajo y algunos rumores hablan de oscar. Para el espectador medio le dará igual a quien darle las gracias, César es un protagonista espectacular. Para los críticos, sin embargo, están empezando a encontrarse en una frontera un tanto difuminada. ¿Cómo dar un premio a un actor al que no se le ve y no se le oye?