
Con tirones de pelos y guerra de comida incluidas, el film se convierte en un mal videoclip de Avril Lavigne. La historia de amor entre la protagonista y el líder de una banda de punk no falta, siendo estas partes las más infantiloides.
Algunas veces tiene toques graciosos, pero la mayoría de los chistes no funcionan.
La película se sostiene por la interpretación de Ellen Page y algunos momentos humorísticos de Drew Barrymore.
Empieza a dar miedo que Page se encasille en papeles de chica rara alternativa y quizás, por ir de arriesgada, se acabe hundiendo en películas absurdas.
Mi teoría es que Ellen Page se está volviendo una yonki que necesita dinero para sus vicios y por eso hace pelis así, seguramente Drew le habrá recomendado a los mejores camellos de la ciudad.
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