'Drive' en cinco claves

El pasado año mencionamos a Ryan Gosling en ocho entradas y a ‘Drive’ en cinco, entre ellas, ‘Las diez mejores pelis de 2011’. Ahora que ha llegado a las pantallas españolas aprovechamos para deciros porqué no podéis perderos esta cinta en cinco claves.

1.  Ryan Gosling (otra vez). De las virtudes de este canadiense ya os hablamos anteriormente. Su personaje en  ‘Drive’ no tiene nombre, se queda con el sobrenombre de ‘el conductor’, algo que no es nada casual en un protagonista completamente misterioso. Doble de películas de acción y conductor de atracos, el conductor es un enigma que apenas habla y se comunica con los espectadores a través de la impasibilidad de Gosling. Y le sientan bien la chaqueta de cobra y el palillo en la boca, todo un mérito. 

2.  Carey Mulligan. La co-estrella de ‘Drive’ es esta actriz inglesa, a quien ya viéramos en ‘An Education’ y ‘Shame’ interpretando a la vecina de al lado, con hijo y marido expresidiario. La química de Mulligan con Ryan Gosling y la maravillosa escena del ascensor (terriblemente destripada por el tráiler) ensalzan su presencia en pantalla.

3. Ausencia de palabras. Si bien el guión de ‘Drive’ no nos cuenta nada que no haya sido contado antes (el héroe maldito, la redención de la familia, el amor imposible…) tiene de su parte un maravilloso ahorro expresivo en palabras. Las imágenes y los silencios cuentan con elegancia un transcurrir de acontecimientos que rehuye la verborrea dialéctica de otros filmes.

4.  La banda sonora. Los silencios son abundantes en ‘Drive’, pero se alternan con una banda sonora muy cuidada, que atrapa la atención del espectador. Cercana a esa estética ochentera que rodea la película, la música ha sido compuesta por Cliff Martínez, batería de los primeros Red Hot Chili Peppers. El clímax de la película suena con ‘A Real Hero’, la canción que los espectadores no se pueden sacar de la cabeza al abandonar la sala del cine.

5. Grandes secuencias de acción. Un error que se ha cometido con ‘Drive’ es confundirla con una película más de mafiosos y carreras de coches. El ritmo pausado del principio combina perfectamente con la brutal violencia de la segunda parte de la película, en un ejercicio que dignifica el género. Su director, Nicolas Winding Refn se llevó justamente el premio a Mejor Director en Cannes, demostrando algo que se suele olvidar: que persecuciones, coches, peleas y cine de autor no son temas reñidos en absoluto.