Incendies: Todos callan ante la verdad

Nawal Marwan. La historia de una mujer. La historia de una promesa. Nawal ha muerto. Su testamento se compone de dos cartas. Dos sobres blancos cerrados por una promesa. Una es para su hija Jeanne, su cometido será encontrar a su padre y dársela. La otra es para Simon y su deber encontrar a su hermano y entregársela. Sólo así recibirán una última carta de su madre.

Dos sobres blancos. Un padre al que daban por muerto. Un hermano del que desconocían su existencia. Esta es la premisa de Incendies.

“La muerte nunca es el fin de una historia”

Incendies se ha proclamado con alguno de los premios de mayor reconocimiento en el Festival Internacional de Cine de Valladolid (Mejor Guión, Premio del Público y Premio del Jurado Joven); también estuvo nominada en la pasada gala de los Oscar como Mejor Película de Habla no Inglesa. 

¿Uno más uno puede ser uno?

Jeanne es una joven canadiense. Su don son las matemáticas puras, el llamado “país de la soledad”. Su viaje comienza en el país de su madre (algún lugar en Oriente Próximo) en busca de alguna pista que la ayude a encontrar a su padre. Gracias a su papel de sagaz detective, poco a poco las piezas sobre la vida de Nawal empiezan a cobrar sentido. La historia de una madre que se convierte en una verdadera desconocida para sus hijos.

 

Una historia tan sencilla como impactante. Su línea argumental demuestra ser tan simple y singular como aprender a sumar, y es que a veces uno más uno es igual a uno. Así lo demuestra Incendies, heredera de su obra de teatro, que consigue crear un espacio sin lugar (nunca se determina en qué país se desarrollan los acontecimientos) y apolítico a la par que político.

Lubna Azabal: La femme qui chante

Nawal Marwan interpretada por Lubna Azabal sorprende con un trabajo magistral. Su caracterización es realmente sorprendente. Su intensa mirada consigue clavarse en el espectador en un intento más que conseguido de trasladarlo al dolor, la desesperación y el amor. Una mujer de pocas palabras, intentar describir su presencia en la pantalla se quedaría corto. Así como Meryl Streep en Los puentes de Madison, Nawal en Incendies ha marcado un antes y un después. Quién la vea no podrá olvidarla. Digna de ser añadida en la lista de Personajes Femeninos.

“Las ideas sólo sobreviven si hay alguien para defenderlas”

Los primeros treinta minutos podrían considerarse una obra maestra. Las imágenes del inicio junto a su música crean un referente indispensable para comprender el resto de la película. Así que ni se les ocurra llegar un minuto tarde (principalmente porque molestan a los demás). Las pistas de ese comienzo resultan ser como el resultado de una compleja ecuación donde cada dato tiene un valor en sí mismo. Encontrar esos datos será la misión de Jeanne y Simon durante toda la película. Cada dato les acercará un poco más a su madre, a su verdadera historia y a cumplir la promesa que su madre no logró en vida. Lástima que a mitad de película, después de un principio tan brillante, se vaya apagando poco a poco hasta terminar sin ningún tipo de sorpresa. Es decir, se predice todo justo diez minutos antes de terminar.

Cabe destacar no sólo la maravillosa banda sonora interpretada por Radiohead y la actuación de ese descubrimiento llamado Lubna Azabal, sino también por ofrecer dos escenas que valen en sí mismas más que todo el largometraje. Me despido, como lo haría Nawal Marwan…Fdo.: La puta 72.