Es una de esas ironías de la vida: no sabes lo que significa realmente estar vivo hasta el día en que sabes que te vas a morir, que tus días están contados. Nuestra protagonista recibe la terrible noticia de que padece un cáncer y lo que a priori parece que va a ser un dramón se ha convertido en una de las comedias más entrañables de la temporada.
Cathy es el ama de casa perfecta además de ser profesora de un instituto. Prácticamente el prototipo de la mujer americana. Pero si empezamos a mirar más a dentro, vemos que tiene un marido que aunque la quiere con locura se ha acostumbrado a tenerla siempre detrás, no colabora con ella en casa, es condescendiente, no la tiene en cuenta y la considera poco más que una sirvienta. Su hijo de trece años es una joya, uno de esos productos de la edad del pavo que te dan ganas de estrangular: maleducado, irrespetuoso, gastando bromas pesadas, un mimado. La serie comienza cuando Cathy ya sabe que tiene cáncer, curiosamente evitando esa escena que para otra tipo de serie hubiera sido todo un caramelo de rodar, pero esta serie, como ya iréis viendo no es como las demás. Su decisión al respecto es vivir la vida lo mejor que pueda, haciéndose cargo de sus necesidades, no siendo manejada, educando a su hijo para dejar un buen hombre cuando ella se vaya…Las situaciones más cómicas se producen con sus primeras experiencias, sus nuevas inhibiciones y sus pequeñas locuras, todo a través de una mujer que ya ha cumplido cuarenta.
Muy pocas actrices podrían darle a Cathy todos los matices que requiere: su espontaneidad, su resignación, su dolor, su alegría, su ridiculez o llevando la sabiduría de aquellas personas que saben lo que es importante en la vida…Por suerte Laura Linney es una de ellas. De hecho es difícil imaginar a otra actriz capaz de hacer este papel, ya que según sus compañeros en la serie, Cathy tiene mucho de Laura.
El resto de personajes que la acompañan en esta travesía pueden resultar un tanto esperpénticos. Un hermano ultraecologista, antiglobalización…que prefiere vivir en la calle, comer de la basura y no bañarse para no contaminar. Una vecina solitaria cercana a los setenta años, cascarrabias y con muy mala leche. Una chica de su instituto, de raza negra con una obesidad evidente. Todos estos personajes tienen en común su inconformidad con lo que les ha tocado vivir. Ella se acercará a todos ellos y les influirá con su nueva forma de ver la vida.
El personaje que tan espléndidamente interpreta Linney (recompensado con un globo de oro este año) es un referente para todas esas mujeres que se han sacrificado por su marido y sus hijos, que han antepuesto todo lo demás a ellas mismas y que jamás han recibido a cambio lo que se merecen, es más, a veces la vida termina devolviéndoselas dobladas como con la enfermedad de Cathy. Si conoces a alguien así, es probable que te encante la serie.
Difícil de describir como tras cada capítulo el sabor que se te queda es excelente, todo un canto a la vida cuando la muerte es la sombra que planea en cada minuto.
Podéis ver Con C Mayúscula (The big C)cada sábado a las 22,30 en canal plus.
No he visto la serie, pero el argumento me recuerda bastante a Breaking bad.
ResponderEliminarHe visto sólo los dos primeros capítulos, la dejé aparcada por falta de tiempo pero quiero terminar de verla. Laura Linney es genial.
ResponderEliminarThe breaking bad solo he visto un capítulo, pero creo que no tienen nada que ver...sí, un mismo problema base, pero dos formas de abordarlo, dos estéticas diferentes, otros problemas..dos tipos de serie completamente diferentes...pero a ver si sigo con Breaking bad que me han dicho que está también fenomenal
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