Zach Snyder nos ofrece un nuevo trabajo cargado de su característico estilo visual, cuyo máximo referente es la exitosa 300. En esta ocasión juguetea con niñas vestidas de lolitas que se dedican a gastar balas y destrozar cosas a cámara lenta.
Sucker Punch es la primera película en que Zach Snyder crea su propio guión. Hasta este momento todos sus anteriores proyectos habían sido basados en ideas originales de otras personas, por lo que era una buena ocasión para poner a prueba al director americano que pego el pelotazo taquillero con la revolucionaria 300, un éxito bastante merecido que hizo replantearse la forma en que el cine había tratado al cómic hasta ese momento. Esa estética basada en sobre saturar de efectos especiales y el uso de cámaras lentas o planos detalles para asemejarse a viñetas de cómic está presente en todo momento en Sucker Punch, que visualmente, es una película espectacular desde el primer momento, con una fotografía y un poder visual aplastante, sin duda el mayor don de este director, pero que por desgracia, en esta ocasión no ha sabido ofrecer un producto igual de interesante que en otras ocasiones.
En los primeros compases de la película la cosa no empieza mal. Es en la introducción a la historia y en la primera escena de acción donde más gozamos con la “estética 300”, cuando llega el primer momento de las hostias como panes nos encontramos con una maravilla visual en forma de combate en el patio de un templo japonés, contra unos gigantes samuráis realmente terroríficos. Esta escena cargada de referencia manga, está un escalón por encima del resto, en las que parece que Michael Bay ha poseído el alma de Snyder, dando lugar a partes pesadísimas, repetitivas y confusas por la gran cantidad de cosas y explosiones que ocurren en la pantalla, pero eso si, espectaculares.
Por desgracia a estas alturas en Hollywood ya deberían saber que para que una película sea buena, antes que efectos especiales tiene que tener una historia sólida. Y es aquí donde creo que más cojea Sucker Punch. El argumento es tan enrevesado y tan mal resuelto que hace que llegue un punto que te de lo mismo lo que vaya a pasar con la historia, lo único que te interesa es seguir viendo a las chicas dando cera por todos lados, así que queda claro que el guión no es el punto fuerte de Zack Snyder, y en el futuro debería dedicarse a hacer lo que mejor sabe, con historias de otros, o como mínimo, no ser tan pretencioso si no sabes hacer que la cosa funcione.
Antes de ver la película tenía la impresión de que podría ser un poco machista. Esa estética Lolita con poca ropa me hacía pensar en que se explotaría bastante más el tema erótico. Sin embargo, y aunque la estética femenina es la que se puede ver en fotos, en ningún momento es una película provocadora y sexual en este sentido, simplemente tiene esa imagen tan exagerada de igual forma que los espartanos iban en calzoncillos a la guerra para poder mostrar músculo aceitoso. Ni si quiera, y aunque podría estar en cierta forma justificada, nos muestran ninguno de los bailes eróticos que se supone que realizan las chicas. De hecho tampoco es que las actuaciones de estas sean una maravilla, y se hace casi mucho más interesante el personaje de la madura Madame Gorski, actriz que últimamente aparece con poca ropa en Californication o Entourage, lo que me hace llegar a la reflexión de que hay mujeres que el ser atractivas no depende de tener 20 años, si no de saber ser atractiva. Eso si, aunque actuando de momento no se la puede destacar, la actriz principal Emily Browning posee una apariencia física muy interesante. Me apetecería verla en proyectos con gente como Tim Burton.
No queda más que volver a recalcar que Sucker Punch es otra oportunidad perdida para Zack Snyder, que tiene pinta de estancarse y seguir viviendo del éxito de 300. Sin embargo, no deja de ser una cinta entretenida, espectacular y muy palomitera.
Ya he quedado para verla, así que no me libro (tenía muchas ganas, pero casi todo el que la ve me dice que es una mierda). Iré a ver tiros y acrobacias, que tampoco está de más.
ResponderEliminarYo me lo pasé como una enana, las pelis de acción es lo que tienen. Destaco la música. No sé porqué, pero últimamente las películas empiezan con una especie de videoclip que dice bastante de cómo será la peli. En el caso de Sucker Punch lo hacen con la versión Sweet Dreams
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=sQzG-3Vagrk Increíble!!
Sweet dreams, where is my mind de pixies, search and destroy de iggy pop y varias sacrilegios musicales más que ahora no recuerdo...
ResponderEliminarNo creo que una película de Hollywood deba tener una buena historia (o una historia a secas)para ser buena. Tampoco que, aun en el supuesto de que Sucker Puch hubiera sido machista o cualquier otra cosa, se la debiera juzgar por ello (De hecho creo que hubiera sido más divertida si se hubieran soltado un poco en este sentido).
ResponderEliminarEl tema es que Snyder no está a la altura para transmitir nada con imágenes, simplemente.
Yo tambien pienso que hay que distinguir entre cine totalmente comercial y cine un poco más artistico, pero hay que exigir un poco de calidad y ya que te gastas el precio de una entrada que te ofrezca un producto interesante, y si en esta ocasión peca de guión malo hay que decirlo. Pero vamos que tienes toda la razón en decir que Snyder no esta a la altura.
ResponderEliminarMás que nada me refiero a que yo concibo una peli de Hollywood (las grandes producciones palomiteras) como un espectáculo en el que se puede desconectar sin problemas. Por ejemplo, ¿Es buena 2012?¿Es mala? Bajo mi punto de vista es bastante aceptable porque te puedes quedar mirando colorines e imaginando tu barrio explotar en mil pedazos sin exigir nada más. La historia es bastante secundaria (por no decir una mera formalidad)y creo que a casi nadie le importa.
ResponderEliminarLo que me huele mal de Snyder es que a él, intuyo, le gustaría estar en una categoría a la que no pertenece...