miércoles, 2 de marzo de 2011

Secuestrados: Juegos Divertidos


La denominan la “Funny Games Española”, y aunque es arriesgado el comparativo con Haneke, ciertamente lo merece. Cuando comienzan los títulos de crédito, únicamente se te escapa un “hijos de puta”, dirigido tanto a los protagonistas de la película como a los creadores de tal idea, por haberte dejado sin respiración durante hora y media.
Secuestrados, segunda película de Miguel Ángel Vivas  después de Reflejos, cuenta las peores horas de la vida de una familia que recibe la visita en su casa de tres encapuchados.


Es cierto que para creerte algunas de las situaciones, hay que meterse mucho en la película, porque Secuestrados roza la línea entre la exageración inverosímil y el realismo extremo. Pero una vez estás dentro de ella, no puedes escapar, como les ocurre a los propios protagonistas con su casa.
Ésta y el coche son los espacios básicos en los que se apoya el film. La casa tiene vida propia a lo largo de la película y va cambiando a la vez que los personajes y sus situaciones: de un hogar claro y luminoso a uno oscuro y angustioso.
El estilo Haneke también se advierte en la ausencia de música y efectos sonoros, así como en la falta de montaje cinematográfico que no subrayan al espectador lo que ha de sentir en cada momento. Todo surge solo.

La película está rodada en 12 planos secuencia. Juego bien utilizado para darle esa cadencia pausada y crear tensión a las situaciones. Otra herramienta genialmente aplicada y que fácilmente podría haber quedado cutre es la pantalla partida. Aquí funciona extraordinariamente bien y se encarga de compenetrar las escenas para crear un ritmo perfecto que no dejará tregua al espectador. En palabras de Miguel Ángel Vivas: “Más que una historia, lo que propongo es una experiencia. Quiero que el espectador sufra, que sienta el miedo en todos sus niveles, desde la descarga de adrenalina hasta el hundimiento".

Los largos planos secuencia funcionan gracias a algo esencial: el reparto. Correr, gritar y sufrir es bastante complicado de hacer frente a una cámara sin parecer ridículo (tenemos el claro ejemplo de Manuela Velasco en Rec).
Al principio, como le ocurre al espectador, los personajes necesitan su calentamiento, pero una vez entran en acción los encapuchados, tantos éstos como los torturados se comen la pantalla y producen escalofríos.
Por supuesto, hay que destacar especialmente a Manuela Vellés en su papel de hija adolescente. La próxima candidata al Goya (esperemos) vive situaciones extremas que en muchos casos dan ganas de vomitar.

Es una película que producirá que varios espectadores salgan de la sala de cine, que hables de ella durante días y sobre todo, que cierres las puertas de tu casa a cal y canto.

6 comentarios:

  1. Joder, pues vaya. Yo quería verla, pero entiendo que es física y biológicamente imposible que la aguanté...

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  2. Desde luego a mí no me pillarán viendo esta película hasta el día que quiera suicidarme de un paro al corazón...

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  3. Pues no había oido hablar de esta peli, pero me han entrado ganas de verla, funny games me flipo.

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  4. Yo creo que tampoco me animaré a verla o saldré del cine corriendo. Aún así vi un reportaje sobre ella y la pintaban muy bien por como sabia transmitir esta sensación de agobio y de sentirte preso en tu propia casa. Los actores comentaban que no les fue fácil y que casi finalizaban el rodaje angustiados para poder transmitir bien esta sensación.

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  5. Cherry tree lane es la version inglesa de funyy games tb no?

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  6. Pues yo creo que la funny games original ya me dejo suficientemente mal como para querer ver otra copia.

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