‘War Horse’: Spielberg vuelve a las trincheras

Estoy harta de que se hagan las cosas por costumbre. Me refiero, en este caso, a alabar y nominar todo lo que sea de Spielberg únicamente porque lo haya hecho él. Vamos a ver, que sí, que es uno de los grandes del cine, que ha hecho maravillas como ‘Tiburón’, ‘E.T.’, las películas de ‘Indiana Jones’, ‘Los Goonies’ y ‘Parque Jurásico’ sin alejarse de un entretenimiento asegurado, de calidad y lleno de matices. Sí, también nos ha dejado joyas como ‘Salvar al soldado Ryan’ o ‘Minority Report’. Pero hay excepciones, como en la carrera de cualquier director, y ‘War Horse’ es una de ellas.

Joey, un caballo excepcional, y Albert, un joven campesino, se convertirán en amigos inseparables. La I Guerra Mundial les separa. Joey será un caballo de batalla: primero, con los ingleses; después, con los alemanes. La lealtad y la amistad salvarán todas las trincheras de la guerra para que Albert y Joey vuelvan a estar juntos.

Está claro que Spielberg sabe cuáles son las claves para el éxito en la gran pantalla y gracias a ello nos muestra unos paisajes infinitos, bellos y salvajes acompañados de planos que se recrean en ello y una música orquestal que te produce escalofríos. Y esto sólo con imagen y sonido al inicio del film. El problema es que la historia de lealtad entre un animal y un ser humano la hemos visto millones de veces plasmada en el cine.  Todos los estereotipos imaginables, situaciones lacrimógenas y súper azucaradas hacen de 'War Horse' algo poco original, cansino y decepcionante.

En una entrevista comentaba que quería hacer una película para que “fuera toda la familia”, pero ¿cree de verdad que un niño se va a quedar mirando la pantalla sin dormirse durante 2 horas y 30 minutos? Su larga duración y su ambigüedad entre lo épico, lo bélico y lo infantil acaban por no agradar ni a grandes ni a pequeños.  Sin embargo, la calidad de imagen, fotografía y de la banda sonora es brillante.

[SPOILER]Tiene una escena, de las pocas no excesivamente azucaradas, en que Joey (el caballo fiel) atraviesa un campo entre trincheras lleno de alambre con espinas (el espectador sufre como un marrano) y el caballo, aunque vivo, queda atrapado. Alemanes e ingleses, en mitad de la guerra, advierten lo ocurrido y acuden en su ayuda. Un soldado del lado inglés y otro del lado alemán entablan una conversación digna de resaltar. Lo surrealista de este momento y la conversación entre los dos soldados es lo más interesante de la película. 5