ARRIYA, PESO LIGERO DE FESTIVAL
A los festivales de cine llegan cosas que nunca veremos en las salas. A muchos nos gustaría decir que es porque son apuestas arriesgadas, poco seguidoras de los cánones comerciales, innovadoras e, incluso, contestatarias con el sistema. Mentira. La mayor parte de las veces lo que vemos en los festivales no llega a las salas porque, simplemente, la calidad es muy baja. Eso es también lo bonito de estos eventos, es el lugar perfecto para poner en práctica el aprendizaje por “ensayo y error”.
Por eso, cuando una película logra emocionarnos o sorprendernos, aunque sea un poco, ya te deja un regustillo agradable que exaltaremos durante todo el año, más aún cuando tengamos noticias de un estreno inminente. Ese será el momento en el que la recomendaremos a amigos y conocidos que, engañados por nuestra escasa capacidad para relativizar, irán a verla y no volverán a hacer caso de nuestro criterio. Cosas de los festivales.
Arriya (La Piedra) es uno de esos ejemplos. La película de Alberto Gorritiberea cuenta una de esas historias localistas que, sin embargo, pueden extrapolarse al resto de la humanidad. Es la historia de un pueblo, de una familia y del peso de la tradición. Peru y María son dos jóvenes que viven enfrascados en su particular versión de Romeo y Julieta, un amor mal visto por sus familias, que llevan generaciones enfrentados por esas clásicas apuestas de pueblo. Unas apuestas que acaban generando enemistades que sobreviven, incluso, a los que las hacen. Entre ellos está Jone, una chica inteligente y guapa que se enamora de Peru, una opción que convence mucho más a la familia de éste.
Arriya no cuenta una historia complicada, aunque los vaivenes de la acción acaban recordándonos a veces a una telenovela. No puede decirse que le falte intensidad: está repleta de fatalidades y contratiempos, de personajes tan humanos como insoportables en ciertos momentos. Porque Arriya es una película de personajes, de decisiones. Decisiones que te enfadan, que no entiendes y que hasta logran sorprenderte, algo que es de agradecer vista la Sección Oficial de esta edición.
Entre otros, Arriya se llevaba la Biznaga de Plata a Mejor Actriz, un galardón que recibía Begoña Maestre por su interpretación del personaje de María. Como ya se ha comentado, no tenía grandes rivales, puesto que los papeles femeninos este año han brillado por su ausencia. Mención especial merece también Sara Casasnovas, que se defiende con mucha corrección en una lengua, el vasco, que no hablaba previamente. Como ella misma señalaba en la rueda de prensa, la complejidad y la riqueza de la película estaba también en la variedad lingüística del film, que se mueve entre el castellano y el euskera con muchísima naturalidad, acercándose también al francés. La atmosfera generada por este uso de las lenguas es una de las mejores cosas de la película.
Como bien decía al principio, Arriya es una buena película de festival, lo que no quiere decir que sea una gran película de sala de cine. Falta saber si, doblada y distribuida entre una competencia más dura, el film aguantará el tirón o se convertirá en otra de las muchas películas españolas que naufragan entre una cartelera en la que triunfa Torrente.
Me encanta la introducción...cuánta razón!
ResponderEliminarLamentablemente no siempre hay justicia con las buenas producciones (más si hablamos de cine español) y terminan con frecuencia naufragando en taquilla. Un claro ejemplo cercano en el tiempo es lo ocurrido con "Secuestrados", pésima distribución y discretísimo paso en los pocos cines donde se proyectó para una de las mejores películas del año.
ResponderEliminarCon tu permiso me guardo el link de vuestra crítica para recomendar que la lean en nuestro blog la próxima vez que hablemos de Arriya.
Un saludo!!!
Muy buena crítica para una peli que merece nuestra atención. Es cierto que en el desierto de mediocridad reinante en la Sección Oficial, "Arriya" supuso un pequeño oasis. Ahora, con el paso del tiempo me atrevería a decir que no sólo estuvo por encima de la media del Festival sino que estará por encima de la media de films españoles que se estrenarán este año. Eso sí, le auguro un paso efímero por taquilla.
ResponderEliminar