The Killing

 

Una de las series revelación de esta temporada ha sido The Killing, crítica y público han caído a los pies de esta historia policial producida por AMC (Breaking bad, Mad men), que demuestra que sigue en estado de gracia, ofreciendo algunas de las mejores series actuales. Sin embargo The killing nació en su cadena como segundo proyecto a estrenar este año por detrás de la sobrevaloradísima The Walking Dead, pero en seguida me di cuenta que The Killing, a pesar de partir como un remake de una serie danesa, es una obra de suspense muy trabajada, cuidada y de una alta calidad.

The killing te sumerge en la atmosfera gris y oscura de un Seattle lluvioso y nocturno, desde el primer momento se siente la grata influencia de Twin Peaks en cada uno de sus planos, mezclados con el mejor cine negro policial y de best seller tipo Millenium.

Esta primera temporada cuenta con trece episodios, donde cada uno abarca un día completo de la investigación por asesinato de la joven Rosie Larsen. La detective Sarah Linden será la encargada de descifrar toda la mierda y acertijos que la investigación del crimen de Rosie va destapando según avanza su trabajo policial, y lo que en un primer momento parecía un caso de asesinato al uso, según la instintiva detective Linden va tirando del hilo, deja intuir posibles conexiones políticas o de otro tipo que indican que el móvil del salvaje crimen es bastante más grande de lo que en un principio parecía.  

A pesar de que el hilo principal cae sobre el punto de vista de la investigación policial, uno de los puntos fuertes de la serie es su carácter totalmente dramático, principalmente enmarcado en la familia Larsen, que acaban de perder a su hija de diecisiete años. Gracias al ritmo casi en tiempo real de los capítulos, sufrimos en cada uno de los procesos familiares de cara a la pérdida humana a lo largo de esos trece días, y sobre todo como va afectando el avance de la investigación en una familia marcada por el duelo. Pero esa investigación no solo va a afectar a la familia de la víctima, sino que la serie tendrá abierto varios hilos que se verán afectados por la búsqueda del culpable según avance la estupenda trama, incluyendo la situación personal de los dos detectives encargados del caso, siempre enmarcado en un tono dramático y sobrio fantástico.

Aunque carente de rostros conocidos, como es habitual en este tipo de series, el nivel de actuación en general es brutal, y aunque en los primeros capítulos el hermetismo de algunos personajes nos deja la sensación de no aportar mucho a la trama, a lo largo de estos trece días van a tener oportunidad de desarrollarse cada uno de los diferentes protagonistas que pueblan la serie, lo que provoca en los últimos capítulos un nivel de empatía y conexión bastante alto. Todo ello gracias a su estupendo guión, cuidado y pensado al milímetro, donde no solo da rienda suelta al lucimiento de los personajes, si no que estamos delante de un thriller policial a la vieja usanza, de esos que gustan o desesperan, con giros argumentales, sorpresas, doble juego y traiciones. Pero una vez acabada la primera temporada, con la grata impresión de que tenían las ideas claras desde el principio. Solamente para paladares que gusten del buen cine negro, y que disfruten estando atentos a cada uno de los detalles que nos muestran en pantalla.

Tal vez lo más criticado ha sido su final de temporada, puesto que mucha gente se las veía felices con el final del puzzle a punto de completarse, para darse de bruces con que realmente queda mucho por hacer. Personalmente no comparto esa crítica, el final de temporada ha sido un buen punto y aparte y espero con ganas la segunda temporada y que mantengan este nivel, que sin ser Mad Men ni Breaking Bad (de momento), ha sido una de las series que más he disfrutado este año. De nuevo una obra de mucho nivel de manos de AMC, que debería dejarse de tanto zombie y regalarnos la vista con este tipo de proyectos.