martes, 21 de junio de 2011

Micmacs, la nueva de Jean-Pierre Jeunet.


Jean-Pierre Jeunet ha vuelto a imprimir su sello personal a la última de sus películas pero esta vez dejando menos huella que en las anteriores. Con una estética muy parecida a la sorprendente Delicatessen, el director de Amélie cuenta, en Micmacs, la historia de un pobre hombre que inicia una batalla personal para hundir a los fabricantes de armas responsables de todas sus desgracias en la vida y, todo ello, con ayuda de sus estrambóticos amigos.

La cinta se hace amena e incluso te arranca una sonrisa, conquistándonos de nuevo con su ritmo rápido, con su cuidada fotografía y con el mundo fantástico lleno de seres extravagantes salidos de la chistera de Jeunet y encarnados por los maravillosos actores de siempre. Sin embargo, su parecido con Delicatessen no es una mera coincidencia, demuestra una sequía creativa que hace al director tirar constantemente de los viejos trucos con los que encantó a medio mundo hace ya 20 años.

Por otra parte, Micmacs, no le llega a su predecesora ni a la suela de los zapatos ya que, mientras en Delicatessen, Jeunet y Marc Caro idean todo un mundo post-apocalíptico cuidando cada uno de los detalles y sorprendiendo al espectador con toda la original riqueza estética y artística de la cinta, en Micmacs, la historia intenta ser menos fantasiosa y despide un mensaje moralista que está lejos de convencernos. De forma fácil y tirando de clichés, realiza una película más infantil que cómica como lo ha hecho en otras ocasiones manejando la ironía negra con maestría. El punto realista de denuncia no le pega a su mundo imaginado en el que se desenvuelve tan bien por lo que los momentos en los que transcurre la realidad, son aquellos más flojos de la película mientras que, con los que más se disfruta son los que se desarrollan en la locura del universo de la chatarra.

Resumiendo: Micmacs es una película agradable con una dirección de arte y de fotografía admirables, con unas actuaciones y unos personajes extravagantes intachables pero con una falta de originalidad absoluta. Quizá si ésta hubiera sido la primera película del director, hubiéramos salido con mucho mejor sabor de boca pero al saber de lo que Jeunet es capaz y tras haber seguido su trayectoria, la cinta nos sabe a poco. Además, la moralina final con escarmiento incluido nos hacen darnos cuenta de que el fantástico mundo de ensueño del director funciona mucho mejor si no intenta relacionarlo con la dura vida real aunque si bien es cierto, ¿a quién no le gusta ver al malo de la película recibiendo su merecido?

Casi con seguridad, se puede adivinar que no va a ser la película revelación del año en España, pero una de las grandes ventajas del cine francés es que no necesitan hacer taquilla fuera de su país ya que triunfan sin problemas en territorio nacional.

2 comentarios:

  1. Yo no soy muy fan de Delicatessen, igual es que la vi ya tarde, cuando no sorprendía y había visto ya Amelie. Es cierto que la dirección de arte y foto son la leche, pero a mí me cansa. Me parecen un poco Mortadelo y Filemón, pero como es francés, es más guay ohlala.

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  2. Jajajaja. Puedo entender lo que dices quitando la parte en la que la comparas con "Mortadelo y Filemón". Es verdad que si no te engancha desde el principio a lo mejor cuesta un poco seguir con lo mismo durante 2 horas pero para los que nos metimos, es genial!!

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