Festival de San Sebastián. Crónicas diarias

Viernes 23 y Sábado 24

Se acerca el final del Festival y 24 Reflejos aprovecha para visualizar las últimas películas, algunas entre las más esperadas por su buena acogida en otros festivales. 

Con un café y una magdalena en el estómago, nos dirigimos a ver Americano, realizada por Mathieu Demy, hijo del famoso Jacques Demy, al cual se le rinde un homenaje con un ciclo dedicado a su cine. Una película sobre el duelo, las ausencias y el vínculo entre padres e hijos, que destaca por la inserción de imágenes documentales para crear una ficción. Sin embargo, resulta un tanto aburrida, larga y poco interesante para lo que podía haber sido. Carlos Bardem y Salma Hayek no consiguen salvar a la película.

Adikos Kosmos (Unfair World) ha generado odios y pasiones entre sus espectadores. Los defensores ven en esta película un reflejo de la Grecia actual, con dos personajes solitarios que intentan insertarse en la sociedad en busca de justicia, trabajo y amistad, pero siempre con un toque de ironía y cinismo. Los silencios y la gestualidad de los actores crean situaciones surrealistas y cómicas al mismo tiempo. En cambio, los detractores la encuentran absurda, con escenas incomprensibles y pesadas.

The Artist ha encandilado al público donostiarra. Una película arriesgada, ya que propone un film mudo y en blanco y negro, pero que consigue que el espectador sea cómplice de los múltiples guiños cinematográficos y pase uno de los mejores momentos del festival.

Perfect Sense, perteneciente al ciclo de cine culinario, presenta una idea realmente interesante (una epidemia que provoca la pérdida progresiva de los sentidos), pero se queda en una historia simple de amor, dejando atrás el verdadero leit motiv de la cinta.

La película que más carcajadas ha despertado en el espectador ha sido Intocable. Aunque deja un buen sabor de boca, se queda en una comedieta para todos los públicos.

Drive es elegante, sexy y sangrienta. Lo que podía haber sido otra película de coches, velocidad, mafia y muerte, consigue sorprender e hipnotizar al público gracias al compendio de los personajes protagonistas (Ryan Gosling y Carey Mulligan), la música, el sonido y una estética ochentera.