A veces la forma más sencilla de introducirnos en los temas complejos es hacerlo a través de una fábula. Así se educaba hace mucho tiempo a los niños pequeños y así trata Nadine Labaki de aproximarnos a una cultura y un contexto que a muchos nos queda muy lejos. Como ya lo hiciera con Caramel, su primera película, la directora libanesa logra, una vez más, poner en evidencia las similitudes existentes entre tan amplia diversidad.
Y ahora, ¿dónde vamos? nos cuenta la historia de un pueblo asediado por un intenso conflicto religioso, que acecha desde fuera de los límites del municipio. Un municipio en el que conviven de forma ejemplar cristianos y musulmanes. El buen clima reinante en el pueblo se ve, sin embargo, amenazado por una serie de acontecimientos que empiezan a crispar a los hombres, que ven por todas partes ofensas hacia su fe por parte de los que profesan otra distinta. Las mujeres, temerosas de que esto pueda desencadenar en una auténtica guerra, deciden, como Lisísitrata en la Grecia Clásica, echar mano de todas las armas de las que disponen para impedir que su paz sea puesta en peligro.
No sólo nos habla Labaki en su film de esta igualdad (en este caso igualdad a pesar de la diversidad religiosa) a través de las imágenes y de su historia, sino que lo hace también al poner de acuerdo al público y a la crítica de festivales de todas partes del globo (Cannes, San Sebastián, Toronto…). En lo que se refiere a su acogida, el tono humorístico y la alegría con la que la directora aborda un tema tan duro han sido muy alabados por todo el mundo.
La película juega en todo momento a colocar al espectador entre la carcajada y el llanto, oscilando entre los momentos de mayor intensidad dramática y los del humor más ligero. Este equilibrio está apoyado por los números musicales, que dan a la película un aspecto de cuento aún mayor. Piezas como la del “baile de los enamorados” o la “canción humorística” recuerdan a algunas de las cintas de Disney que todos vimos de pequeños.
Sin embargo, si algo cabe destacar en la cinta es, sin duda alguna, el elenco de mujeres que componen esta cinta coral, que cargan con todo el peso de la película y nos acercan a una cultura y un territorio que estamos acostumbrados a ver desde los ojos de los hombres. La óptica femenina domina Y ahora, ¿dónde vamos?, mostrándonos un Líbano muy distinto al que nos ofrecen televisiones y diarios de medio mundo. Las actrices, comandadas por la propia Labaki, sustentan esta visión optimista y más dulce de la realidad de Oriente Próximo.
Y ahora, ¿dónde vamos? pone de nuevo de manifiesto que es preferible una historia sencilla, bien contada, a una con muchos giros y multitud de recursos. Una fábula, ni más ni menos, que nos acerca a aquellas cosas en la vida por las que sí merece la pena luchar.
Qué pena habérmela perdido en el Festival!
ResponderEliminarVolví a ver el otro día Caramel y está genial. Ains, estoy por llevarme su poster firmado en la maleta jaja.
ResponderEliminarCaramel me encantó y esta tengo muchas ganas de verla!
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