viernes, 30 de septiembre de 2011

No es otra aburrida película española

Recuerdo la primera clase que tuvimos de la asignatura de Cine Español. El profesor nos hizo enumerar e ir apuntando en la pizarra palabras que describieran al cine nacional. Las más sonadas: Guerra Civil, sexo y crítica social.
Como ya nos hizo ver nuestro profesor y como vuelven a recordarnos Isaki Lacuesta, Nacho Vigalondo, Chapero Jackson o Juan Carlos Fresnadillo, somos unos cabezotas ignorantes.
La 59 edición del Festival de Cine de San Sebastián nos ha traído desde un thriller de terror sobrenatural a una película de animación sobre la vejez, pasando por una comedia de amor con extraterrestres incluidos o una película doble con parte documental y parte de ficción. Del cine más experimental a películas más comerciales. De la comedia al terror. Del amor al análisis social. Eso es el cine español.



La Concha de Oro ha ido a parar a Los Pasos dobles, obra de Isaki Lacuesta que, junto a El Cuaderno de Barro, hacen una extraña y peculiar pareja. La primera es una ficción que cuenta la vida de un pintor y escritor francés en sus aventuras por África. El Cuaderno de Barro recoge, en forma de documental, todo aquel material que no pudo ser utilizado para el film ficticio.

Desde luego, la película menos arriesgada y original fue La Voz Dormida, de Benito Zambrano. Como bien sabíamos los estudiantes de 4º de Comunicación Audiovisual, la Guerra Civil está más que contada. O al menos, la forma manida de contarla, ya cansa. Lo único rescatable de la película es el personaje de Pepita (María León se llevó el premio a actriz), en el que sí se puede apreciar algo del Zambrano de Solas.

El film español que más convenció a 24 Reflejos fue Madrid, 1987. Película de la que no esperas nada y te llevas una grata sorpresa. David Trueba pone a prueba a José Sacristán y María Valverde, encerrándolos sin querer en un cuarto de baño. Una lucha dialogada entre generaciones, entre inocencia y decadencia. Personajes que pasan de producir irritación a total comprensión. Valiente y con un guión audaz, el pequeño Trueba convence.

Y hablando de vejez, Arrugas, de Ignacio Ferreras, es una película animada que cuenta la vida de unos ancianos recluidos en un geriátrico. Como ya se demostró con Persépolis o Vals con Bashir, los temas crudos contados con la inocencia de los dibujos crean un contrapunto perfecto para hacer de estas películas unas verdaderas joyitas.

Otro género que parece despuntar en España es el thriller psicológico. Juan Carlos Fresnadillo lo intenta con su Intruders, acompañado de Clive Owen y Pilar López de Ayala. Todos esperábamos un Intacto, película enigmática y visualmente muy atractiva, pero se queda en una cinta aburrida, absurda y sin nada de terror.

Una película que sí que convenció a la crítica, aunque no demasiado a 24 Reflejos fue No habrá paz para los malvados, de Enrique Urbizu. Film de polis, con sus investigaciones, nombres impronunciables, jueces, drogas, muertes y un José Coronado más chulo que nadie. Una obra de arte para algunos y un telefilm barato para muchos otros.

Una de las películas más esperadas era la nueva de Nacho Vigalondo, Extraterrestre. Con ese nombre y esa sinopsis (una pareja se despierta tras una noche de sexo y alcohol y descubren que un ovni sobrevuela la ciudad), los frikis más fans deseaban reencontrarse con el Vigalondo de Código 7. Aunque las expectativas de frikismo no fueron del todo satisfechas, el director nos ofrece una comedia romántica divertidísima, con un Carlos Areces para partirse.

La gran decepción fue Verbo, de Eduardo Chapero-Jackson. Vendida como una cinta de fantasía oscura que nunca se había hecho en España, se queda finalmente en un videojuego hortera dirigido a un público inexistente. Eso sí, arriesgada y diferente es.

Otros que se atreven con todo son los estudiantes de la ESCAC. 13 directores recién salidos de esta escuela se han encargado de construir Puzzled Love, una historia de amor de Erasmus contada en 13 meses. Unas partes son mejores y otras peores, pero componer una pieza tan fresca e innovadora sólo lo pueden hacer los directores amateurs con ganas de nuevo cine.

Diez películas que demuestran que el celuloide nacional no se agota. Algunas han funcionado, otras no, pero al menos se está intentando romper con los clichés y proponer nuevas salidas al  cine español.



1 comentario:

  1. Me encanta esta entrada porque ya vale de escuchar hasta la saciedad que en el cine español siempre se hace lo mismo cuando no es verdad. Creo que, por lo menos en la actualidad, hay un montón de directores que apuestan por innovar y explotan todas las posibilidades que la falta de presupuesto / tiempo permite.

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