Un amable colaborador (Amor Perro) se ha ofrecido a prestarnos sus críticas sobre el Festival de Cine de Gijón. Un festival que supone un pequeño adelanto del cine más independiente que nos espera estos meses. Desde Harmony Korine, pasando por Lukas Moodysson, hasta Fatih Akın han presentado sus últimas obras en este certamen. Aquí, una muestra de las películas más destacadas:
Go Get Some Rosemary
Un padre bajo la influencia
Los hermanos Ben y Joshua Safdie han traído al Festival de Gijón la que probablemente sea la mejor película presentada en la sección oficial. En un certamen que presume de seleccionar el cine más independiente y formalmente innovador y arriesgado, tiene total sentido la presencia de ‘Go get some Rosemary’, crónica de inspiración claramente “cassavettiana” que refleja las vicisitudes por las que atraviesa un hombre separado durante las dos únicas semanas del año en que tiene la custodia de sus dos hijos.
Asistiremos de esta manera a los acontecimientos que provoca su particular manera de entender lo que ser un buen padre, pues el catálogo de irresponsabilidades cometidas va en progresivo aumento conforme avanza la trama.
Sus jóvenes directores, que se han inspirado en experiencias personales con su propio padre, aciertan enormemente en la exposición de estos hechos, narrados con cámara nerviosa siguiendo a los personajes y reflejando certeramente su caos personal. Asimismo demuestran un gran talento en la dirección de actores, consiguiendo de estos (padre e hijos) una asombrosa naturalidad y credibilidad.
La Pivellina
Questa piccolissima pivellina
'La pivellina' opta por el seguimiento cámara al hombro de sus personajes, una familia de feriantes que malviven en una barriada de Roma, y su odisea desde que recogen a una niña pequeña abandonada en un parque.
Mientras asistimos al progresivo e inevitable encariñamiento con tan encantadora niña, la película nos muestra verazmente la dura cotidianidad de unas gentes a las que no estamos acostumbrados a ver en el cine, y que son representativos de la población socialmente excluida en la Italia de Berlusconi.
Welcome
Quiero ser como Beckham
Esta película se distingue por su solvencia, inteligencia de recursos y máxima competencia a la hora de narrar la historia de un profesor de natación en cuya vida entra repentinamente un adolescente kurdo, que pretende tomar clases de natación con la intención de cruzar el Canal de la Mancha y así reencontrarse con su novia en Inglaterra.
Todo es creíble y está bien contado y observado en esta estupenda película, que tiene además el buen gusto y el acierto de no caer en el maniqueísmo y la temible corrección política con la que tan habitualmente se tratan este tipo de historias relacionadas con la inmigración.
Les beaux gosses (The French Kissers)
Los feos también mojan
"Les beaux gosses", que en español sería algo así como "Los tíos buenos" (y esto hay que entrecomillarlo aquí más que nunca), demuestra que el temible subgénero denominado “comedia adolescente” no tiene por qué ser estúpido o insustancial como nos ha hecho creer el cine norteamericano, y que caben en él obras como la que nos ocupa: frescas, estimulantes e inteligentes, y que cuentan con una mayor profundidad y capacidad de reflexión y análisis de lo que a priori se puede esperar de ellas.
Todo ello sin resultar incompatible, claro está, con un gozoso y algo gamberro sentido del humor, en torno a las obsesiones adolescentes, con el sexo, cómo no, a la cabeza de ellas.
Soul Kitchen
Zinos el griego
El cineasta alemán de origen turco Fatih Akin se había decantado en su filmografía anterior por los dramas desgarrados narrados con contundencia y sin renunciar a mostrar la violencia y agresividad propias de las historias que planteaba, siempre con el telón de fondo de la inmigración turca en Alemania.
Esta vez, en 'Soul kitchen' no sólo cambia la nacionalidad del inmigrante, que ahora es griego, sino que cambia asimismo de registro para ofrecer una comedia sobre un desastrado local de comida rápida, que comparte nombre con la película, y del que se nos cuenta la odisea de su dueño por mantenerlo a flote y a salvo de las deudas y los intentos de compra de un antiguo compañero de instituto cuyo mayor pasatiempo es jugar al capitalismo y la especulación inmobiliaria.
Veremos de esta manera cómo el garito en cuestión pasa de ser un cutre establecimiento de salchichas y hamburguesas a un sibarita restaurante con platos de elaboración “ferranadriana”, o un popular pub entre la juventud más “cool” de la zona. Akin nos muestra todo esto con gracia, buen pulso narrativo y gran capacidad de observación.
The Good Heart
El barman, la dama y el vagabundo
Esta coproducción entre Islandia y Estados Unidos reúne a los actores Brian Cox y Paul Dano tras aquella estupenda 'L.I.E.' Y este nuevo encuentro confirma la calidad interpretativa de ambos, en una historia quizá algo vista y previsible pero potente, que es dramática y cómica cuando tiene que serlo.
Cuenta el encuentro en un hospital entre un joven vagabundo con tendencias suicidas (Dano) y el propietario de un bar (Cox) que ingresa por quinta vez por infarto al corazón. A partir de este encuentro ambos conectan, pese a sus abismales diferencias de carácter, y el viejo verá en el joven a su posible sucesor al frente de su negocio. Bien escrita, construida e interpretada, ‘The good heart’ ofrece un agradable -y agradecible- visionado.
Go Get Some Rosemary
Un padre bajo la influencia
Los hermanos Ben y Joshua Safdie han traído al Festival de Gijón la que probablemente sea la mejor película presentada en la sección oficial. En un certamen que presume de seleccionar el cine más independiente y formalmente innovador y arriesgado, tiene total sentido la presencia de ‘Go get some Rosemary’, crónica de inspiración claramente “cassavettiana” que refleja las vicisitudes por las que atraviesa un hombre separado durante las dos únicas semanas del año en que tiene la custodia de sus dos hijos.
Asistiremos de esta manera a los acontecimientos que provoca su particular manera de entender lo que ser un buen padre, pues el catálogo de irresponsabilidades cometidas va en progresivo aumento conforme avanza la trama.
Sus jóvenes directores, que se han inspirado en experiencias personales con su propio padre, aciertan enormemente en la exposición de estos hechos, narrados con cámara nerviosa siguiendo a los personajes y reflejando certeramente su caos personal. Asimismo demuestran un gran talento en la dirección de actores, consiguiendo de estos (padre e hijos) una asombrosa naturalidad y credibilidad.
La Pivellina
Questa piccolissima pivellina
'La pivellina' opta por el seguimiento cámara al hombro de sus personajes, una familia de feriantes que malviven en una barriada de Roma, y su odisea desde que recogen a una niña pequeña abandonada en un parque.
Mientras asistimos al progresivo e inevitable encariñamiento con tan encantadora niña, la película nos muestra verazmente la dura cotidianidad de unas gentes a las que no estamos acostumbrados a ver en el cine, y que son representativos de la población socialmente excluida en la Italia de Berlusconi.
Welcome
Quiero ser como Beckham
Esta película se distingue por su solvencia, inteligencia de recursos y máxima competencia a la hora de narrar la historia de un profesor de natación en cuya vida entra repentinamente un adolescente kurdo, que pretende tomar clases de natación con la intención de cruzar el Canal de la Mancha y así reencontrarse con su novia en Inglaterra.
Todo es creíble y está bien contado y observado en esta estupenda película, que tiene además el buen gusto y el acierto de no caer en el maniqueísmo y la temible corrección política con la que tan habitualmente se tratan este tipo de historias relacionadas con la inmigración.
Les beaux gosses (The French Kissers)
Los feos también mojan
"Les beaux gosses", que en español sería algo así como "Los tíos buenos" (y esto hay que entrecomillarlo aquí más que nunca), demuestra que el temible subgénero denominado “comedia adolescente” no tiene por qué ser estúpido o insustancial como nos ha hecho creer el cine norteamericano, y que caben en él obras como la que nos ocupa: frescas, estimulantes e inteligentes, y que cuentan con una mayor profundidad y capacidad de reflexión y análisis de lo que a priori se puede esperar de ellas.
Todo ello sin resultar incompatible, claro está, con un gozoso y algo gamberro sentido del humor, en torno a las obsesiones adolescentes, con el sexo, cómo no, a la cabeza de ellas.
Soul Kitchen
Zinos el griego
El cineasta alemán de origen turco Fatih Akin se había decantado en su filmografía anterior por los dramas desgarrados narrados con contundencia y sin renunciar a mostrar la violencia y agresividad propias de las historias que planteaba, siempre con el telón de fondo de la inmigración turca en Alemania.
Esta vez, en 'Soul kitchen' no sólo cambia la nacionalidad del inmigrante, que ahora es griego, sino que cambia asimismo de registro para ofrecer una comedia sobre un desastrado local de comida rápida, que comparte nombre con la película, y del que se nos cuenta la odisea de su dueño por mantenerlo a flote y a salvo de las deudas y los intentos de compra de un antiguo compañero de instituto cuyo mayor pasatiempo es jugar al capitalismo y la especulación inmobiliaria.
Veremos de esta manera cómo el garito en cuestión pasa de ser un cutre establecimiento de salchichas y hamburguesas a un sibarita restaurante con platos de elaboración “ferranadriana”, o un popular pub entre la juventud más “cool” de la zona. Akin nos muestra todo esto con gracia, buen pulso narrativo y gran capacidad de observación.
The Good Heart
El barman, la dama y el vagabundo
Esta coproducción entre Islandia y Estados Unidos reúne a los actores Brian Cox y Paul Dano tras aquella estupenda 'L.I.E.' Y este nuevo encuentro confirma la calidad interpretativa de ambos, en una historia quizá algo vista y previsible pero potente, que es dramática y cómica cuando tiene que serlo.
Cuenta el encuentro en un hospital entre un joven vagabundo con tendencias suicidas (Dano) y el propietario de un bar (Cox) que ingresa por quinta vez por infarto al corazón. A partir de este encuentro ambos conectan, pese a sus abismales diferencias de carácter, y el viejo verá en el joven a su posible sucesor al frente de su negocio. Bien escrita, construida e interpretada, ‘The good heart’ ofrece un agradable -y agradecible- visionado.
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